Mayor inversión, la propuesta energética de Joe Biden: posibles limitantes
Exige que Estados Unidos logre emisiones netas cero y una economía de energía 100% limpia a más tardar en 2050
Rosío Vargas
Joe Biden ha declarado que su propuesta contra el Cambio Climático es un marco para enfrentar los desafíos ambientales basada en dos postulados fundamentales:
• “Estados Unidos necesita con urgencia adoptar una estrategia para cumplir con el alcance de este desafío”.
• “El medio ambiente y la economía están totalmente conectados”.
Para ello el plan de Biden exige que Estados Unidos logre emisiones netas cero y una economía de energía 100% limpia a más tardar en 2050, al tiempo que se compromete a “hacer la mayor inversión en la innovación estadounidense, incluida la investigación y la innovación para desbloquear e implementar tecnologías de carbono para el futuro, crear empleos estables y bien remunerados en los EUA; y hacer que las tecnologías sin carbono sean la forma más rentable y escalable de satisfacer las necesidades energéticas de los EUA.
Para lograr ese objetivo, invertirá $ 400 mil millones en investigación, innovaciones y tecnología de energía limpia durante los próximos 10 años, entre lo más importante.
No obstante sus bondades estos derroteros encontrarán limitaciones a la luz de la importancia de los hidrocarburos producidos a partir de la fracturación hidráulica en este país como es el caso del petróleo, que alcanzó la cifra máxima de 13MMb/d a principios de este año 2020 y, el gas natural que también ha alcanzado niveles excepcionales desde el año 2000 con un volumen de 66,229 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd) que se convirtieron en 101,394 MMpcd, en el 2018. Lo que significa un incremento de más del 53% en sólo 18 años, colocando a los EUA como el mayor productor de gas natural del mundo, por encima de Rusia, Irán, Canadá y Qatar. Su importancia la convierte en una limitante para el proyecto de Biden al ser combustibles en competencia (con las energías renovables), pero también por su significado y papel para la política exterior de los EUA, sobre todo en el caso del Gas Natural Licuado (GNL).
Además Joe Biden se ha manifestado en favor de la producción de este tipo de hidrocarburos en razón de la importancia que tienen para las economías y la generación de empleos locales, como es el caso de Pensylvania, de donde es originario lo cual garantiza su continuidad a futuro y con ello este proyecto también se convierte en una limitante para las emisiones de metano que se generan con la producción de este tipo de hidrocarburos, como es la propuestas en el Proyecto de Biden.
Otra propuesta de Biden que podría encontrar obstáculos se relaciona con el retorno al Acuerdo de Paris, del cual se retiró la administración del presidente Trump. No sólo será complicado porque EUA ha perdido legitimidad como líder ambientalista, sino por lo que representa en términos del costo económico para
cumplirlo a la luz de la competitividad frente a China
En lo que concierne al requisito de cero emisiones para vehículos como objetivo a cumplir, queda por ver si realmente se puede alcanzar a la luz no sólo de la lentitud para transitar al transporte eléctrico, sino porque no hay garantía de que al hacerlo se alcance el objetivo de cero emisiones. Cabe destacar que es el transporte el de mayores emisiones de gases efecto invernadero más que el mismo sector eléctrico en los EUA, el cual sigue dependiendo en un 28% del carbón para generar electricidad.
En el caso de la promesa de reducir a cero las emisiones en el sector eléctrico es importante señalar que la propuesta no se fundamenta sólo en las energías intermitentes (eólica y solar), sino en un mix energético que incluye la nuclear, la geotermia, la captura de carbono y otras que sin duda hacen de la propuesta algo más realista por la incorporación de energías base que garanticen la confiabilidad del sistema.
La propuesta ambiental demócrata será impulsada por el nuevo presidente de los EUA, como un tema prioritario que coadyuve a colocar de nuevo a este país en el papel de líder frente al cambio climático permitiéndole apoyar a sus propios corporativos para colocar proyectos de inversión e infraestructura de renovables en otros países, entre los que sin duda estará México. El externo podría ser un espacio más fácil y más manejable para la nueva administración, más que el interno en donde, como hemos señalado, estará compitiendo con otras propuestas energéticas.