Autoabastecimiento de Energía Eléctrica
En la actualidad los privados producen el 62 por ciento de electricidad en el país, a través de cuatro esquemas: productores independientes, subastas de largo plazo, centrales eléctricas construidas después de 2013 y las sociedades de autoabastecimiento.
El autoabastecimiento en su origen, se justificó por cuestiones de ahorro económico y para subsanar la falta de servicio; por lo tanto, una de sus modalidades es la pequeña producción de electricidad para el autoconsumo de algunas comunidades rurales o áreas aisladas.
El fundamento jurídico del autoabastecimiento y sus formas de asociación están contenida en la abrogada Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica (LSPEE), donde junto con los productores independientes se les consideró que no eran servicio público y así permitir las inversiones privadas extranjeras en el sector.
Su permanencia quedo asentada en el segundo transitorio de la Ley de la Industria Eléctrica, producto de la reforma energética de 2013; donde se estableció que continuarán los permisos y contratos de autoabastecimiento, producción independiente, entre otros, tramitados al amparo de la LSPEE.
A partir de ello, se ampliaron los permisos de autoabasto para que grandes fábricas produjeran su electricidad; sin embargo, el esquema fue corrompido. La empresa estadounidense Enron, instala una planta eléctrica para vender electricidad en una zona industrial de la ciudad de Monterrey; para burlar la ley, convierte en socios-clientes por un dólar a las empresas con quien acordó contratos de compra-venta; inaugurando un mercado paralelo, donde se atenta contra la libre competencia a través de subsidios indebidos y evasión al fisco.
En el país funcionan 239 centrales de autoabasto que generan el 12 por ciento de la electricidad, y de ellas se tienen registrado 77 mil 767 consumidores. Se estima que el sistema de autoabastecimiento simulado ocurre en 108 centrales eléctricas con 71 mil 780 socios-clientes, contando con grandes privilegios para operar y obtener cuantiosas ganancias.
El autoabastecimiento simulado genera un boquete a las finanzas de la CFE por 200 mil millones por ingresos no percibidos por competencia desleal, ya que ha generado un mercado alterno, donde con prácticas de dumping se han apoderado y arrebatado a la CFE de las dos terceras partes de los grandes consumidores del país.
Además, la CFE les otorga subsidios por 50 mil millones de pesos; por ejemplo, reciben como subsidio hasta el 60% de la tarifa eléctrica, lo que le permite comercializarla en 1.2 pesos por kilowatt/hora (kw/h); mientras que una tienda de abarrotes en un hogar paga 5.2 peso por km/h; se les da prioridad en el despacho y precios preferentes en los costos del porteo de transmisión, distribución, respaldo y servicios conexos.
Por todo esto, la reforma energética constitucional propone acabar con los permisos de autoabastecimiento otorgados en contra de lo establecido en la LSPEE; a las centrales de autoabastecimiento auténticas conforme a los términos legales establecidos podrán seguir generando electricidad.
Diputado Federal
Presidente de la Comisión de Energía de la LXV Legislatura de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión
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