Energía
Minería reactiva su extracción
Las empresas tuvieron que contar con protocolos sanitarios vinculados al Covid-19 y cumplir con lineamientos establecidos por el IMSS
La minería comenzó a reactivar la extracción de minerales a partir de finales de mayo, luego de que desde el 30 de marzo se suspendiera esa actividad como parte de las acciones extraordinarias para atender la emergencia sanitaria generada por el Covid-19.
Visto bueno del IMSS
Ya desde el 29 de mayo reanudaron actividades, por ejemplo, las minas de Los Filos de Equinox Gold, la Media Luna de Torex Gold y Capela de Peñoles.
Para poder hacerlo, las empresas tuvieron que contar con protocolos sanitarios vinculados al Covid-19 y cumplir con lineamientos establecidos por el IMSS, en coordinación con las secretarías de Economía y del Trabajo.

Las empresas deben cumplir con los lineamientos establecidos por el IMSS.
Alfredo Phillips, director de Asuntos Corporativos de México de Torex Gold, puso como ejemplos de las nuevas medidas, que los comedores en las minas deben contar con una puerta exclusiva para la entrada y otra para la salida, a la vez que las mesas deben contar con acrílicos, de modo que los mineros pueden platicar frente a frente sin riego a contagiarse del virus SARS-CoV2.
Las empresas mineras pudieron adelantarse a la reanudación de actividades porque el gobierno federal las consideró esenciales, junto con las industrias de la construcción y de equipo de transporte. Por decreto, lo pudieron hacer así desde el 18 de mayo, pero en la práctica, fue hasta casi fin de mes que recibieron el visto bueno del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El trámite duró una semana e implicó la entrega de evidencias en el cumplimiento de los requisitos, incluyendo fotos, bitácoras, videos y otras pruebas documentales.
AlfredoPhillips explicó que la reactivación de la industria será gradual y estimó que la mayoría de las unidades mineras estarán operando al 100 por ciento este mes, con un nivel de producción normal al de antes de la propagación de la pandemia por parte de todas en julio próximo. En una mina, la reactivación no es inmediata en forma generalizada, puesto que primero se tiene que romper las rocas con detonaciones, lo que produce cientos o miles de toneladas de minerales a un tamaño manejable; y luego moler estos hasta producir un polvo fino que después se lleva al proceso de lixiviación, donde se separan las sustancias mediante el uso de disolventes líquidos.
Desde su perspectiva, Alfredo Phillips ve dos desafíos para la minería: primeramente, generar entre todos los mineros “una cultura sanitaria detrás de esta nueva normalidad” y, en segundo término, impulsar lo más rápido posible la actividad económica.

El sector da empleo directo a más de 379 mil personas e indirecto a más de 2.25 millones.
Con tanta necesidad de empleo en el país, la actividad de las empresas es crucial. Un botón de muestra es que, cada mes, Los Filos, Capela, la Media Luna y otras minas en Oaxaca gastan en productos y servicios cerca de 800 millones de pesos en ese estado.
En general, las minas no pararon en su totalidad durante la emergencia. Cierto personal siguió laborando para vigilancia (por ejemplo, de los explosivos y las instalaciones) o para mantenimiento (los grandes molinos de las minas no se pueden parar).

Algunas unidades mineras pararon al principio, pero luego reabrieron por obtener minerales críticos.
Como otras unidades productivas, las minas deben generar medidas de protección para grupos vulnerables, como el personal mayor de 60 años que padecen enfermedades como diabetes o sobre peso.
Algunas unidades mineras pararon al principio, pero luego reabrieron por obtener minerales críticos. Entre esos casos está la mina de fluorita de Orbia en San Luis Potosí, la más grande de ese mineral en el mundo.
Se une la industria contra el Covid-19
La Cámara Minera de México (Camimex) presentó el mapa “Huella minera contra el COVID-19” en su reporte semanal que especifica las acciones que realiza la industria minera para enfrentar la emergencia sanitaria.
En el mapa se pueden identificar los esfuerzos que están llevando a cabo más de 23 empresas mineras en 16 entidades del país para apoyar y acompañar a las comunidades y colaboradores. Las acciones solidarias realizadas por el sector minero permitirán que las comunidades estén en mejores condiciones para enfrentar la siguiente etapa vital para el país que será la reactivación de la economía.

En general, las minas no pararon en su totalidad durante la emergencia.
Respecto a este tema, Fernando Alanís Ortega, presidente de la Camimex señala que: “La minería es una industria fundamental para impulsar, como una actividad transversal y estratégica, la reactivación de la economía. Su naturaleza la vincula estrechamente con cadenas de suministros de actividades esenciales como lo son la industria química, alimentación, eléctrica, construcción, hospitalaria y médica, entre muchas otras. Además, es una industria básica dentro de las cadenas productivas integradas entre los países de América del Norte. En este contexto, su reactivación es primordial para acompañar la apertura económica y comercial de la región que impulsa la entrada en vigor del TMEC”.
De igual manera, destacó que “el equivalente a 82% del valor de la producción minera nacional se ubica en municipios catalogados por la Secretaría de Salud con casos de contagio nulo, bajo o muy bajos, mismos que, de conservarse estas condiciones y de permitirlo las autoridades, estarían en posibilidad de reiniciar gradualmente operaciones, aplicando los protocolos de salud y la Guía de mejores prácticas de operación minero-metalúrgica emitida por la Subsecretaría de Minería”.
Energía
SIEET: la plataforma energética digital tamaulipeca que busca atraer inversiones

El lanzamiento del Sistema de Información Energética del Estado de Tamaulipas (SIEET) marca un hito en la forma en que un estado organiza y comunica su potencial energético. Diseñada como una plataforma digital gratuita, integra en un solo entorno datos sobre infraestructura, producción y oportunidades de desarrollo, con el objetivo de convertir información dispersa en un mapa claro para la toma de decisiones. SIEET: la plataforma energética digital tamaulipeca que busca atraer inversiones también apuesta por la transparencia como insumo básico para ganar confianza en un mercado altamente competitivo.
Desde su concepción, el sistema fue pensado para atender a varios públicos al mismo tiempo: empresas que buscan certidumbre técnica, autoridades que requieren diagnósticos precisos y centros académicos interesados en estudiar la transición energética. Al ofrecer un lenguaje visual accesible, mediante mapas e indicadores, el SIEET intenta traducir datos complejos en narrativas claras sobre dónde están las fortalezas y las brechas de Tamaulipas. SIEET: la plataforma energética digital tamaulipeca que busca atraer inversiones se coloca así como una vitrina que ordena el panorama energético estatal y lo proyecta hacia el exterior.
El papel de la Secretaría de Desarrollo Energético (SEDENER)
La Secretaría de Desarrollo Energético (SEDENER) asumió la encomienda de desarrollar el sistema con capacidades técnicas propias, lo que permitió al gobierno estatal mantener control sobre el diseño y la actualización de la plataforma. Esta ruta institucional busca evitar que la información estratégica dependa de terceros y refuerza la idea de una política energética con mayor soberanía en sus datos. Al mismo tiempo, la dependencia se coloca como nodo articulador entre industria, municipios y otras áreas del gobierno estatal.
En distintos mensajes públicos, la SEDENER ha presentado el SIEET como un instrumento de gobernanza moderna, capaz de integrar estadísticas, georreferenciación y análisis en un solo espacio de consulta. De esta manera, la secretaría deja de ser solo una oficina de trámite para convertirse en un generador activo de inteligencia energética, con capacidad para anticipar necesidades de infraestructura, identificar cuellos de botella y acompañar nuevos proyectos.
Una radiografía energética
El SIEET funciona como una radiografía dinámica del sistema energético tamaulipeco, con información sobre líneas de transmisión, subestaciones eléctricas, zonas de carga, infraestructura de hidrocarburos y áreas con potencial renovable. A través de un visor interactivo, los usuarios pueden ubicar activos estratégicos y cruzar variables que antes se encontraban dispersas en distintos reportes o dependencias. Esta integración permite una lectura más fina de los riesgos y oportunidades, tanto para inversiones greenfield como para ampliaciones de proyectos existentes.
La plataforma incorpora también campos de datos relacionados con eficiencia energética y otros indicadores que ayudan a entender cómo se consume y distribuye la energía en el territorio. Con ello, el sistema no solo sirve para mostrar lo que ya existe, sino que permite plantear escenarios de crecimiento ordenado, identificar regiones con riesgo de saturación y priorizar obras que aporten resiliencia a la red. En el mediano plazo, este tipo de herramientas puede convertirse en un insumo clave para políticas públicas de largo aliento.
Del Congreso Internacional de Energía Tamaulipas 2025 a la agenda diaria
El SIEET tuvo uno de sus escaparates más visibles durante el Congreso Internacional de Energía Tamaulipas 2025, donde fue presentado como ejemplo de cómo un gobierno subnacional puede transformar datos técnicos en una herramienta cotidiana de planeación. En ese espacio, especialistas y representantes de la industria destacaron la importancia de contar con información estructurada y actualizada para reducir la incertidumbre en el diseño de nuevas inversiones. El congreso sirvió, además, para contrastar la experiencia tamaulipeca con otras iniciativas nacionales e internacionales de gestión de datos energéticos.
A partir de ese foro, el reto ha sido llevar la herramienta del ámbito de la presentación institucional a su uso diario por parte de consultores, empresas y autoridades municipales. La consolidación del SIEET como referencia obligada en cualquier análisis sobre proyectos energéticos en Tamaulipas dependerá de la capacidad del estado para mantener la plataforma viva, con datos actualizados, mejoras tecnológicas y un diálogo permanente con sus principales usuarios.
Un ecosistema digital para la inversión energética
La creación del Sistema de Información Energética del Estado de Tamaulipas (SIEET) forma parte de una estrategia más amplia para posicionar al estado como un nodo clave en la transición energética y en el desarrollo de proyectos de gran escala. Al ofrecer datos confiables y abiertos, se envía una señal clara a los mercados: hay reglas del juego más transparentes y un terreno de planeación que intenta reducir la improvisación. En un contexto donde las decisiones de inversión se toman cada vez más con base en evidencia, contar con una plataforma de este tipo puede marcar la diferencia frente a otras regiones.
El uso cotidiano del SIEET también abre la puerta a nuevas formas de colaboración entre gobierno, iniciativa privada y academia, al compartir un mismo punto de partida informativo. Desde estudios de impacto regional hasta proyectos de innovación tecnológica, la existencia de un repositorio común de datos contribuye a alinear esfuerzos y a evitar diagnósticos fragmentados.
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Energía
¿Cómo impacta la nueva normativa de la Comisión Nacional de Energía en el transporte de hidrocarburos en México?

La nueva normativa de la Comisión Nacional de Energía modifica de forma directa los estándares operativos del transporte de hidrocarburos en México. La regulación obliga a modernizar la telemática utilizada por flotas y operadores logísticos, con exigencias de seguridad, integridad de datos y monitoreo continuo, lo que empuja al sector a adoptar tecnologías más avanzadas.
La actualización establece parámetros estrictos de trazabilidad, respaldo de información y plataformas abiertas. El objetivo es garantizar que cada unidad registre datos verificables, incluso cuando atraviesa zonas sin conectividad. Para empresas energéticas, transportistas y proveedores de servicios tecnológicos, esto representa un cambio estructural en los sistemas utilizados para cumplir con el marco regulatorio vigente.
¿Qué exige la nueva normativa de la Comisión Nacional de Energía en materia de seguridad y trazabilidad?
La regulación se basa en una premisa central: la información generada por los vehículos que transportan hidrocarburos debe ser íntegra, auditable y accesible en todo momento. Por ello, requiere equipos capaces de almacenar al menos 72 horas de datos en caso de pérdida de señal. En la práctica, esta medida evita la pérdida de registros en rutas remotas o en tramos con baja cobertura.
El acuerdo también demanda mecanismos de cifrado y firmas digitales que impidan alteraciones. Estos elementos convierten la integridad de los datos en un componente obligatorio, diseñado para prevenir manipulaciones y reducir riesgos operativos. Bajo este esquema, el monitoreo deja de ser una función básica de GPS para convertirse en un sistema de protección del flujo logístico.
¿Cómo deben adaptarse las flotas ante estas nuevas obligaciones técnicas?
Para cumplir con la nueva normativa de la Comisión Nacional de Energía, las empresas ya no pueden limitarse a adquirir dispositivos de localización. El cumplimiento requiere hardware certificado, instalación adecuada, soporte técnico permanente y capacitación continua para los operadores.
La CNE también establece que los sistemas de telemática deben generar alertas personalizadas. Estas alertas deben detectar desviaciones de ruta, fallas de geolocalización y eventos de riesgo que deban documentarse para presentar evidencias ante incidentes o inspecciones regulatorias. Además, se exige que la información pueda integrarse con plataformas abiertas mediante APIs, lo que facilita la interoperabilidad entre sistemas oficiales y privados.

¿Cómo deben adaptarse las flotas ante estas nuevas obligaciones técnicas?
¿Qué implicaciones económicas y operativas tendrá la regulación para las empresas energéticas y logísticas?
Las compañías que intervienen en la cadena de hidrocarburos tendrán que asumir inversiones iniciales en equipos certificados, plataformas de gestión y procesos de instalación. Este aumento en el CAPEX se compensa con beneficios operativos: reducción de incidentes, menor robo de combustible, mantenimiento preventivo y una operación más eficiente y documentada.
La falta de cumplimiento ya no se traduce únicamente en multas. La ausencia de datos íntegros o trazabilidad confiable puede derivar en paros de operación, pérdida de contratos o sanciones. Por ello, las empresas deberán documentar en tiempo real cada proceso, cada evento y cada desviación registrada en la unidad.
¿Cómo transforma esta normativa la competitividad del sector?
La transición hacia telemática avanzada coloca a las empresas que adopten estas herramientas en una posición competitiva superior. Podrán ofrecer monitoreo de seguridad, evidencia de rutas, métricas de eficiencia y reportes integrados para clientes energéticos y logísticos.
La regulación también impacta en terminales, patios industriales, corredores energéticos y parques logísticos que albergan estas flotas. Aquellos con infraestructura que soporte telemática avanzada se vuelven más atractivos para transportistas y operadores energéticos que requieren cumplimiento riguroso.
En este escenario, proveedores tecnológicos especializados se posicionan como actores clave al ofrecer soluciones que combinan cumplimiento, eficiencia y seguridad. El reto regulatorio se convierte así en una oportunidad para modernizar la industria del transporte de hidrocarburos.
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Energía
Alianza Cox-Finsolar: nada seguro aún en México

La frase Alianza Cox-Finsolar: nada seguro aún describe con precisión el vaivén de versiones que siguió al anuncio de que ambas empresas destinarían 250 millones de dólares para desarrollar hasta 450 MW en proyectos solares y de almacenamiento en el país. Sobre el papel, se trataba de una jugada ambiciosa: una climate tech mexicana que escala su modelo hacia soluciones “360” y un gigante energético que busca consolidar su huella en el mercado industrial mexicano. Sin embargo, lo que nació como anuncio de gran alianza terminó rápidamente en terreno pantanoso, entre aclaraciones y deslindes públicos.
Lo que detonó la polémica fue la diferencia entre lo que Finsolar comunicó como una alianza ya encaminada y lo que Cox puso sobre la mesa después: que no había contratos firmados, ni un acuerdo en firme que soportara la narrativa de joint venture que algunos titulares sugirieron. La distancia entre ambas versiones no es un simple matiz semántico; abre una brecha de credibilidad en un sector donde cada megawatt anunciado pesa en la reputación frente a clientes, bancos y reguladores.
Qué hay detrás del anuncio de 250 mdd
El corazón del anuncio giraba en torno a un paquete de proyectos que, según la información difundida, se ubicarían en regiones donde la red eléctrica opera bajo fuerte estrés: sur-sureste, Bajío, occidente y corredores industriales del norte. La promesa era llevar soluciones integrales que combinaran generación fotovoltaica, sistemas BESS de almacenamiento, cogeneración y microredes bajo contratos de largo plazo, con un traje a la medida para empresas que necesitan energía más limpia y predecible.
En esa narrativa, la alianza apuntaba a empresas medianas y grandes que hoy enfrentan apagones, costos crecientes y una regulación cambiante. Para ellas, un socio que no solo instala paneles, sino que diseña, financia y opera la infraestructura, suena a salvavidas estratégico. Pero si la base contractual de ese “rescate” no está clara, el riesgo se traslada directamente al terreno de la confianza, un activo igual de caro que el propio capital.
El modelo Finsolar y la promesa del Solar-as-a-Service
En este tablero, Finsolar aparece como el jugador que mejor ha sabido leer la necesidad de las empresas que quieren energía solar sin inmovilizar presupuesto en CAPEX. Su propuesta gira en torno a proyectos de más de 500 kWp en techos de terceros, donde el usuario paga por la energía generada, reduce su factura eléctrica y sus emisiones, sin convertirse en dueño de los activos. Es un modelo que casi obliga a las empresas a mirar el Excel dos veces antes de decir que no.
Ese enfoque se inserta en la tendencia global del Solar-as-a-Service, donde el cliente corporativo firma contratos de suministro a largo plazo y delega en un tercero la responsabilidad tecnológica, financiera y operativa. En un México donde la gran escala de renovables enfrenta frenos regulatorios y la red muestra sus límites con cada ola de calor, la generación distribuida bien diseñada se convierte en una válvula de escape que aligera la carga del sistema y da margen de maniobra a la industria.
Cox Energy, el peso de Iberdrola y la cautela
Del otro lado del anuncio está Cox Energy, que no llega precisamente como jugador menor: su plan de inversión a 2030, sus activos en renovables y su avance en mercados como el mexicano la colocan como pieza relevante en el reordenamiento energético regional. La adquisición de activos de Iberdrola en México la terminó de posicionar como un actor con apetito por crecer y por ocupar el espacio que las grandes eléctricas tradicionales han ido dejando.
Por eso, la idea de una alianza con Finsolar parecía lógica: un socio con músculo financiero y experiencia en proyectos de gran escala junto a una climate tech con agilidad en generación distribuida. Lo que rompió el encanto fue la respuesta pública de Cox, al marcar que no hay documento vinculante que respalde la narrativa de una inversión cerrada de 250 millones de dólares. Ese frenón obligó a releer el anuncio inicial no como un punto de llegada, sino como una intención adelantada.
Comunicación, gobernanza y una alianza en suspenso
En el fondo, la Alianza Cox-Finsolar: nada seguro aún se ha convertido en un caso test de gobernanza corporativa y manejo de expectativas en el sector energético mexicano. En un entorno altamente regulado, con proyectos intensivos en capital y vigilancia creciente sobre el greenwashing, anunciar más de la cuenta no es solo un desliz de forma: puede encarecer financiamientos, enfriar a potenciales clientes y encender alertas en el ecosistema.
La lección que deja este episodio es incómoda, pero necesaria: la transición energética no se construye solo con buenas intenciones y cifras redondas en dólares; requiere contratos claros, mensajes consistentes y un respeto absoluto por la delgada línea entre “estamos en pláticas” y “tenemos una alianza firmada y financiada”. Mientras esa línea siga borrosa, los proyectos seguirán pareciendo más notas de presentación que compromisos reales sobre el terreno.
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