Energía
Recurren a los biocombustibles: Refinerías apuestan a conversión
La conmoción de la epidemia de coronavirus aplastó la demanda mundial de petróleo, lo que aceleró la ola de cierres
Las refinerías de petróleo europeas y estadounidenses se enfrentan a una ola de cierres debido a la paralización de la demanda de combustible, el endurecimiento de las normas ambientales y la competencia en el extranjero, lo que ha llevado a algunos propietarios a optar por una alternativa más fácil: la conversión de plantas para producir biocombustibles.
La conmoción de la epidemia de coronavirus aplastó la demanda mundial de petróleo y como algunos productores, incluyendo BP, dicen que tal vez nunca se recupere a los niveles anteriores a la crisis, la necesidad de cerrar las refinerías se ha acelerado.
La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) dijo en un informe reciente que para 2030 alrededor del 14% de la capacidad de refinación actual en las economías avanzadas “se enfrenta al riesgo de una menor utilización o cierre”.
Esa proporción podría crecer hasta el 50% en 2040 bajo una transición más agresiva de los combustibles fósiles a los vehículos eléctricos, dijo la IEA.
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El cierre de las refinerías, algunas de las cuales tienen 70 años de antigüedad, es un proceso costoso que requiere el desmantelamiento de equipos pesados y tuberías y la rehabilitación del terreno.
Por ello, los propietarios están eligiendo caminos alternativos, incluyendo la conversión de los sitios de las refinerías en terminales de importación, dándoles otros usos industriales o, en muchos casos, cambiando a biocombustibles más limpios mediante el procesamiento de aceite vegetal y aceites de desecho.
BP, Total y Eni, esbozaron en los últimos meses planes para aumentar su capacidad de biocombustibles de dos a cinco veces para 2030, al tiempo que reducen sus huellas de refinado de petróleo a nivel mundial.
El cambio forma parte de las estrategias de las empresas para remodelar radicalmente y hacer crecer los negocios de energías renovables y de bajo carbono.
Otras refinerías europeas, como Repsol y la refinadora italiana independiente Saras también planean aumentar su capacidad.
Convertir las refinerías en biocombustibles “tiene mucho sentido”, dijo Rob Turner, socio de PWC especializado en el sector de la energía.
“Permite que los planes jueguen un papel en la transición energética, crea valor a largo plazo y mitiga los costos de un cierre completo y la limpieza del sitio”.
Aunque las refinerías de otras economías desarrolladas se enfrentan a un desafío similar, es particularmente difícil para Europa, donde el consumo local ha disminuido de manera constante y los gobiernos han acelerado los esfuerzos para frenar las emisiones de carbono.
Ya hay tres refinerías en Europa que han cerrado a raíz de la epidemia de coronavirus: la planta Grandpuits de Total en el norte de Francia, la planta Naantali de Neste en Finlandia y la refinería de Amberes de Gunvor. Total convirtió la refinería de La Mede, en el sur de Francia, en una planta de biodiésel en 2019.
Otras refinerías, cuyos beneficios se han derrumbado debido a la fuerte caída de la demanda a causa de la epidemia, están al borde.
Se espera que la capacidad de producción de biocombustibles en Europa crezca a unos 8 millones de toneladas anuales desde los 3 millones de toneladas anuales actuales, según el analista de Barclays Joshua Stone.
La refinería finlandesa Neste Oyj, que ha invertido fuertemente en energías renovables y tiene instalaciones de biocombustibles en Europa y Singapur, ha visto cómo sus acciones se disparaban en los últimos meses mientras que las de las refinerías tradicionales y las empresas energéticas caían.
Las acciones de Neste han ganado más del 55% en lo que va de año, mientras que las acciones de Saras han caído un 69%.
Prevén una mayor demanda para 2025
En los Estados Unidos, la demanda de biocombustible también crecerá rápidamente en los próximos años debido a las nuevas regulaciones de calidad de los combustibles en estados como California. Se prevé que llegue a 2.000 millones de galones por año para 2025, de los 21,4 millones de galones que se consumen actualmente cada año, según Morgan Stanley.
Actualmente hay ocho proyectos que suman más de 1.100 millones de galones por año de capacidad que se están construyendo con fechas de finalización previstas en los próximos cinco años. Refinerías como Phillips 66 y HollyFrontier Corp también han anunciado planes para aumentar la producción.
La brecha entre la demanda y la oferta en los Estados Unidos podría llevar a un déficit de suministro de unos 450 millones de galones por año, lo que significa que tendrá que importar biocombustibles, dijo Morgan Stanley.
Con la demanda de biocombustibles creciendo fuertemente en ambos lados del Atlántico, los precios de las materias primas – aceite vegetal y aceite producido a partir de residuos – probablemente aumentarán.
“Un aumento de los precios de las materias primas es inevitable a lo largo del período con tantas nuevas instalaciones de biocombustibles compitiendo por fuentes similares de materia prima”, dijo Barclays’ Stone.
Los márgenes de beneficio para la producción de biodiésel probablemente se erosionarán como resultado, pero se espera que se mantengan robustos debido a la fuerte demanda y a su altísimo punto de partida en este momento, dijo.
Energía
Altamira apuesta por almacenamiento privado de hidrocarburos

El Puerto de Altamira apuesta por almacenamiento privado de hidrocarburos y con ello redefine su papel en la infraestructura energética nacional. En 2026, la zona portuaria se expandirá hacia una nueva línea de negocios con la entrada en operación de dos terminales privadas: Valero y Huasteca Fuel Terminal.
Durante su participación en el panel “Tamaulipas, plataforma logística de México” dentro de la Expo Made In Tamaulipas, Karen Guillén Medina, gerente de comercialización de la ASIPONA, anunció que ambos proyectos impulsarán un crecimiento sustancial del puerto:
“El siguiente año traemos la apertura de nuestra nueva línea de negocios de hidrocarburos. Ya hay dos terminales, una que está por terminar y otra que está lista para empezar a operar. Esperemos en 2026 incrementar casi tres millones de toneladas anuales”, destacó.
Altamira, punto logístico estratégico para Valero y Huasteca Fuel Terminal
La terminal de Valero en Altamira, desarrollada junto con la firma local OTM Mex Plus, tiene una capacidad de 1.1 millones de barriles de combustibles y se perfila como un nodo esencial para la distribución en el norte y centro del país.
De acuerdo con Gerardo Hernández Vargas, director de Relaciones Gubernamentales y Públicas de Valero, esta infraestructura permitirá abastecer Tamaulipas, Veracruz y otras regiones, además de servir como respaldo logístico para la terminal veracruzana.
“El mercado mexicano lo vemos con mucha seriedad. Altamira es estratégica para atender el norte del país y el sur del Estado; desde ahí podemos mover producto por tren y garantizar el abasto en distintas zonas”, señaló el directivo.
En paralelo, el proyecto de Huasteca Fuel Terminal avanza a más del 70% y contempla ocho tanques de almacenamiento y vías ferroviarias propias, lo que permitirá agilizar el traslado y mejorar los tiempos de respuesta en la cadena de suministro.
El potencial de ambas terminales no solo fortalece la vocación energética del puerto, sino que también proyecta una reconfiguración del mapa logístico en la franja norte del Golfo de México.
Altamira apuesta por almacenamiento privado de hidrocarburos ante un mercado desafiante
Pese a las expectativas de crecimiento, Guillén Medina reconoció que el contexto actual no ha sido sencillo:
“Este año fue muy complicado para todos los mercados. Específicamente en el puerto de Altamira tenemos una baja de más del 50% en carga general”, admitió.
El tercer trimestre de 2025 registró 2 millones 35 mil 614 operaciones marítimas de comercio exterior, según datos de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM).
Las aduanas de Manzanillo, Veracruz, Lázaro Cárdenas y Altamira concentraron el 85.4% de esos movimientos, con Manzanillo encabezando la lista como principal recinto portuario del país.
Aun con esta contracción en carga general, el viraje hacia el almacenamiento energético privado apunta a ser la respuesta estratégica de Altamira para diversificar su actividad económica y estabilizar su flujo operativo.
Aduanas fronterizas: un balance del movimiento comercial
El dinamismo portuario ocurre mientras las aduanas terrestres continúan dominando el flujo total de mercancías.
De las 16 millones 134 mil 901 operaciones de comercio exterior registradas este año, las seis aduanas fronterizas más activas —Nuevo Laredo, Tijuana, Ciudad Juárez, Reynosa, Nogales y Piedras Negras— concentraron más del 80% del total nacional, de acuerdo con la ANAM.
Esta concentración evidencia que los puertos marítimos, aunque estratégicos, enfrentan el reto de adaptarse a un entorno comercial más competitivo y regulado. En ese contexto, Altamira busca diferenciarse no solo por su ubicación, sino por su apuesta en el sector energético.
Proyección energética: más allá del almacenamiento
El impulso al almacenamiento privado de hidrocarburos abre una nueva etapa para el sistema portuario nacional.
La sinergia entre la ASIPONA, empresas privadas como Valero, y las regulaciones federales podría detonar una red de distribución más eficiente y resiliente, alineada con los objetivos de soberanía energética y desarrollo regional.
Tamaulipas, por su posición geográfica y su conectividad ferroviaria, podría convertirse en el epicentro logístico del flujo energético del Golfo, siempre que las inversiones y la coordinación institucional se mantengan firmes.
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Energía
CFE pone en marcha plan prioritario de justicia energética

CFE pone en marcha plan prioritario “Programa de Obras de Justicia Energética”, busca llevar electricidad a todos los rincones del país antes de 2028.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) puso en marcha el Plan Prioritario de Justicia Energética 2025–2028, una estrategia nacional que busca saldar la deuda histórica con las comunidades que aún viven sin acceso a la electricidad. Con una inversión total de 18 mil 916 millones de pesos, financiada a través del Fondo de Servicio Universal Eléctrico (FSUE), el programa contempla 42 mil 221 obras de electrificación en los 32 estados del país antes de concluir 2028.
El objetivo es claro: garantizar que la energía, ese bien cotidiano que da sentido al desarrollo, llegue también a quienes han permanecido en la sombra del mapa eléctrico. Según cifras de la empresa, el proyecto beneficiará a más de 295 mil habitantes, priorizando comunidades rurales, indígenas y zonas urbanas marginadas donde la falta de electricidad limita el acceso a salud, educación y oportunidades económicas.
“La electricidad transforma la vida”, destacó la CFE, al subrayar que la electrificación impulsa la equidad social, la conectividad digital y el desarrollo sostenible.
CFE pone en marcha plan prioritario de justicia energética con cobertura nacional
Durante 2025, la CFE ejecutará 12 mil 235 obras, con una inversión de 8 mil 055 millones de pesos, lo que permitirá alcanzar una cobertura eléctrica del 99.8% a nivel nacional. Hasta ahora, 93 mil personas han sido beneficiadas con 10 mil 421 obras concluidas, que representaron un gasto de 7 mil 142 millones de pesos.
Los estados con mayor número de proyectos serán Veracruz, Oaxaca, Hidalgo, Chihuahua y Chiapas, donde se concentrarán 7 mil 782 obras que beneficiarán a 138 mil habitantes. En esos territorios, la electricidad no solo ilumina calles: también redefine la posibilidad de quedarse, producir y educar.
💡 En la CFE trabajamos por la #JusticiaEnergética, acercando la electricidad a las comunidades más apartadas del país.
La energía genera progreso y oportunidades, porque cuando llega, la vida cambia. ⚡ pic.twitter.com/zIQ8gQyolE
— CFEmx (@CFEmx) November 4, 2025
Energía para los pueblos originarios
Una parte esencial del Plan Prioritario de Justicia Energética está dedicada a las comunidades indígenas. En el marco de los Planes de Justicia para los Pueblos Originarios, la CFE prevé beneficiar a 55 mil habitantes con 1,079 obras en 14 estados, entre ellos Baja California, Chiapas, Durango, Jalisco, Oaxaca y Veracruz. La inversión estimada asciende a 982 millones de pesos.
En este esfuerzo, la empresa estatal firmó un convenio con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) para llevar energía a comunidades O’dam o Au’dam, Wixárika y Mexikan en Durango. En total, se construirán 593 obras con una inversión de 421 millones de pesos, con un avance físico de 65%.
“La justicia energética también es justicia social”, señaló la CFE, al destacar que los proyectos se coordinan con la Secretaría de Energía (SENER) para priorizar a las localidades más rezagadas del país.
Energía que cambia vidas
Las historias locales reflejan con nitidez lo que implica el acceso a la electricidad. En El Realito, Cajeme, Sonora, 38 familias cuentan ya con energía gracias a la instalación de 118 postes, 11 transformadores y 38 mufas. En El Arroyo, San Juan Lalana, Oaxaca, otras 30 familias celebraron la llegada de la luz tras la construcción de 2.39 kilómetros de circuito eléctrico, una obra que permitirá abrir pequeños negocios y mejorar la calidad de vida.
Cada poste encendido en la sierra o la costa es un símbolo de pertenencia, una manera de decir que el país también se construye en las orillas.
Con este programa, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) reafirma su meta de lograr acceso universal a la electricidad y garantizar justicia energética para todos los mexicanos al cierre de 2028.
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Energía
México y EE. UU. acuerdan cooperación en biocombustibles

El que México y EE. UU. acuerdan cooperación en biocombustibles señala un nuevo rumbo en la agenda energética-agroindustrial de ambas países. La declaración fue adelantada por la secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar en su cuenta de X, quien señaló que ambas naciones buscarán alinearse para impulsar la producción y el uso de combustibles renovables derivados de biomasa.
Una alianza estratégica para el futuro energético
En una reunión privada celebrada esta semana, México y EE. UU. trazaron un plan conjunto que permitirá avanzar de forma coordinada en el desarrollo de biocombustibles como parte de su estrategia de seguridad energética. Según fuentes oficiales, el acuerdo fortalece la relación bilateral en un momento en que la matriz energética global se redefine. El documento de intenciones incluye transferencia tecnológica, diseño de estándares de mezcla y el impulso a mercados de bioetanol y biodiesel.
México y EE. UU. acuerdan cooperación en biocombustibles
Se debe subrayar la magnitud de esta decisión y su impacto estructural. México y EE. UU. acuerdan cooperación en biocombustibles, articulando de este modo un conjunto de políticas industriales, agrícolas y de energía que hasta hoy habían avanzado por vías apartadas. En la práctica, este entendimiento es el resultado de trazar un puente entre la producción agrícola mexicana y la cadena de valor de combustibles alternativos que el vecino país del norte demandará en los próximos años.
Visión oficial y contexto regulatorio
Con la guía de la Secretaría de Energía (SENER), el gobierno mexicano ha iniciado una nueva fase regulatoria que incluye la ley de biocombustibles y reformas en materia de hidrocarburos. Estas reformas crean el marco jurídico para que proyectos agrícolas y energéticos converjan en una industria emergente. En este contexto, EE. UU. aportará experiencia, estándares y mercados listos para absorber productos derivados de biomasa mexicana.
Los protagonistas detrás del acuerdo
La reunión contó con la participación de altos funcionarios de ambos países. Entre ellos, la representante estadounidense Brooke Rollins y el subsecretario Luke J. Lindberg, quienes trabajaron junto con las contrapartes mexicanas para delinear los primeros pasos del acuerdo. Una de las fuentes consultadas describió el encuentro como “constructivo y cargado de posibilidades para la cadena agro-energética Norteamericana”.
Oportunidades y desafíos inmediatos
Este tipo de colaboración abre varias oportunidades: diversificación de fuentes energéticas, valor agregado para productos agrícolas mexicanos y mayor integración comercial con Norteamérica. Sin embargo, no está exenta de retos: las infraestructuras para el procesamiento de biomasa en México aún requieren inversión; los estándares técnicos deben ajustarse; y la coordinación logística entre ambos países será clave para evitar cuellos de botella.
Hacia una nueva era energética
Mientras otros temas globales dominan la agenda internacional, este entendimiento refuerza la idea de que la energía del futuro ya no se limita a petróleo o gas: la biomasa, el etanol y otros combustibles alternativos ganan terreno. México y EE. UU. acuerdan cooperación en biocombustibles al colocar un nuevo activo estratégico en su colaboración energética mutua. Si se ejecuta con visión y disciplina, podría marcar un antes y un después en la integración norteamericana y en el papel de México como actor relevante en esta nueva cadena de valor.
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