Hipopótamo ‘surfea’ en playa de Mozambique, sí los animales pasean más tranquilos por el mundo
Si, esta pandemia ha cambiado al mundo y mientas estamos -la mayoría- en confinamiento, en redes sociales se han reportado desde hipopótamos surfeando en las playas, hasta osos recorriendo los suburbios, así los animales aprovechan la contingencia por el coronavirus SARS-CoV-2 y vuelven a apropiarse del mundo.
Y mientras los humanos estamos en casa, los animales aprovechan la tranquilidad que ha llegado a la naturaleza para volver a recorrer calles, playas y espacios públicos. Desde los primeros meses de confinamiento, países como Italia y China fueron testigos de la pronta recuperación de la naturaleza ante la falta de personas en ella, pues desde un mejoramiento en el estado del aire, hasta la limpieza en las aguas de zonas como Venecia, el planeta comenzó a cambiar sin nosotros.
Medusas recorriendo este país, bioluminiscencia en Acapulco y California, así como cientos de videos e imágenes invadiendo las redes sociales mostrando hermosos paisajes naturales con claros vientos y monos, cabras, osos, jabalíes y ciervos caminando por los sitios vacíos son parte de la transformación que deja a su paso la Covid-19, misma que muchos esperan se mantenga luego de que se levanten los confinamientos a lo largo del mundo.
Ahora a finales de abril, un hipopótamo fue visto surfeando en las playas de Ponta do Ouro, en Mozambique, y llamó la atención de cientos de personas en redes sociales, debido a que estos animales no suelen aparecer en estos sitios con frecuencia. En Tailandia, un gran número de monos Lopburi recorrió las calles con absoluta libertad y aprovecharon su visita a las zonas turísticas para buscar comida y provisiones, mientras que en Chile, durante los primeros días de contingencia, los pumas bajaron a la ciudad y tuvieron que ser rescatados por personal de protección animal.
Incluso en Bolivia, las llamas recorrieron carreteras desiertas y vacías, y en redes sociales causaron el asombro entre propios y extraños al poder transitar sin riesgo de ser arrolladas por los automóviles que circulan en estos caminos de manera regular, mientras la naturaleza y la Tierra se dan un respiro.