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Energía

Las energías renovables en México podrían reactivarse

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La suspensión de la cuarta subasta eléctrica en febrero de 2019 enfrió los ánimos de las empresas de energía renovable en el país, que llevaban un buen ritmo para ganar liderazgos en el sector a nivel mundial, y contribuir al cumplimiento de los compromisos ambientales adquiridos por México en el Acuerdo de París.

Sin embargo, la virtual llegada del demócrata Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos (EU) en enero próximo, podría impulsar al gobierno mexicano a retomar el interés por incluir a las energías verdes en su canasta energética.

Aunque algunos especialistas descartan la posibilidad de que cualquiera de los dos gobiernos se esfuerce por incidir de manera agresiva en la política energética de su contraparte, otros no ven descabellado que EU ejerza una presión adicional, en el futuro, en aras de dar seguridad jurídica a los contratos privados de las empresas estadounidenses en México, especialmente con el marco regulatorio que el Acuerdo Comercial entre México, Estados Unidos y México (T-MEC) tiene sobre el sector.

“Joe Biden se ha pronunciado por las energías limpias. Y volteará a México y pedirá que se retome la temática, creemos que impulsará al gobierno mexicano a revisar las políticas energéticas que ha adoptado y se hará un ajuste en el camino para continuar la marcha del programa de inversiones en energías limpias”, dice Arturo García Bello, socio líder de Energía y Recursos Naturales en Deloitte. El tema ambiental no está aislado.

Los compromisos comerciales de los tres países de la región también impulsan a las energías limpias en México, en tanto “el sector energético tiene un efecto horizontal en la competitividad” apunta Kenneth Smith Ramos, quien fuera jefe negociador técnico del Tratado Comercial de México, Estados Unidos y Canadá, hoy mejor conocido como T-MEC.

“Y en la medida que encontremos mecanismos que surtan energía en la cantidad que todos los sectores necesitan y a precios competitivos, estaremos ayudando a la competitividad de la región en conjunto”, dice Smith Ramos.

De hecho, aunque el actual presidente de EU, Donald Trump, ha favorecido con su política energética a los hidrocarburos y los combustibles fósiles, ya en tiempos recientes el Congreso estadounidense le envió una misiva “con una queja acerca de que México ha cancelado contratos”, señala García Bello, de Deloitte.

En los últimos dos años, las políticas que ha impulsado la Secretaría de Energía (Sener) en materia de generación y transmisión de electricidad, incluyen no solo regresar a esquemas donde se favorece el uso de combustóleo y carbón, que son procesos más contaminantes que el solar o el eólico, por mencionar algunas fuentes renovables; sino también la suspensión de las subastas eléctricas a largo plazo o más recientemente el veto a la publicación en el Diario Oficial de la Federación de acuerdos ya aprobados por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), que fortalecerían al Sistema Eléctrico Nacional en un amplio espectro.

Todo esto, con el consecuente desánimo de la industria. Con todo, las energías verdes han seguido avanzando; “muchos proyectos eólicos y solares ya están en marcha o a punto de entrar en operaciones este 2020 y en 2021”, señala Julio Valle, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE).

Como resultado, los precios de la electricidad generada por fuentes limpias en México son los segundos más bajos del mundo, solo por detrás de los de Arabia Saudita. “La energía eólica bajó hasta 70% sus costos”, dice Valle. En tanto que la energía solar también ha crecido a pasos agigantados, según datos de la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex), gracias a que 85% del territorio mexicano goza de una irradiación óptima para generar energía a partir de paneles solares.

Como resultado de las tres subastas eléctricas de 2015, 2016 y 2017, México tiene hoy un total de 69 centrales solares de gran escala en operación, incluida la planta más grande de Latinoamérica, con 2.3 millones de paneles instalados por la italiana Enel Green Power en Villanueva, Coahuila.

Cabe señalar que, además de las plantas de gran escala, la energía solar también se produce en el esquema conocido como Generación Solar Distribuida (GSD) o Techos Solares, que implica la producción a mini escala residencial. Sin embargo, el futuro de las energías verdes en México no es tan claro.

Todo el avance es resultado de las subastas que se hicieron en años anteriores y que comprometieron inversiones para construir tecnología en los siguientes cinco años, dice Valle, de la AMDEE, es decir, hasta 2020-2021. “A partir de 2021, 2022…. no habrá nuevos proyectos y será muy difícil cumplir la meta de generación de energías limpias comprometida por el país en el Acuerdo de París”.

Y sí, aunque este 2020 México genera 24% de su energía eléctrica a partir de fuentes limpias, aún está lejos la meta de 35% comprometida para 2024, sobre todo sin nuevas inversiones en cartera. Limpios y cumplidos

Aunque en los hechos, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha respaldado con diversas acciones su intención de mantener la soberanía energética con base en brindar un apoyo incondicional a las empresas energéticas del Estado —Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE)—, con menoscabo de otras fuentes de energía, en el discurso ha mantenido el compromiso del país de llegar a la meta comprometida, así como la promesa de retomar las subastas y otros temas relacionados una vez que sean ”revisados” los procesos para asegurar que no existe corrupción en ellos.

Según ha dicho la secretaria de Energía, Rocío Nahle, eso podría suceder en 2021. En este sentido, la puerta queda abierta para retomar el camino verde, sobre todo si EU se empeñara en ello.

Sin lugar a dudas, en opinión de Kennteh Smith Ramos, en el futuro “habrá presión de la nueva administración demócrata en EU para un cumplimiento cabal en materia del acceso de la inversión privada al sector energético, como lo plasman el T-MEC y la Reforma Energética de 2014”.

En ese contexto, explica, Norteamérica (como región) está “muy bien posicionada para dar este salto tecnológico hacia las energías renovables. Es importante considerar que no se trata solo de cumplir el tratado y los compromisos internacionales. Permitir la entrada de inversiones en energía renovable será benéfico a largo plazo para nuestro país”.

Además de las subastas para atraer más inversión para la construcción de plantas de generación de energía limpia, un tema importante para el desarrollo de las energías renovables es la inversión en redes de transmisión y su mantenimiento.  “Debemos evacuar la energía generada en plantas renovables y evitar la congestión. Esas deben construirse donde está el recurso y no donde están los consumidores”, dice Arturo García Bello, de Deloitte.

Por otra parte, agrega el especialista, es imperativo mantener la cercanía con el nuevo gobierno de EU, para platicar los temas referentes al cambio climático. “Esto llevará al tema de incentivar inversiones tanto nacionales como extranjeras en México.

Esta reunión, que debe darse rápidamente, ayudará a que México retome y revise las políticas energéticas del país, y a hacer modificaciones a políticas energéticas que se han implementado en estos dos años, para comenzar a incentivar nuevas inversiones”.

Con información de Milenio

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Energía

Musk ganaría la carrera de las AI con computación espacial

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Musk ganaría la carrera de las AI

Musk ganaría la carrera de las AI con computación espacial si consigue que la apuesta por los satélites se convierta en la solución a la crisis energética de los centros de datos terrestres. En este escenario, la red de naves y cohetes que ya domina las órbitas bajas pasaría a ser también la gran autopista del cómputo de próxima generación.

De la IPO a la infraestructura orbital

SpaceX se prepara para una salida a bolsa en 2026 con una valoración objetivo de alrededor de 1.5 billones de dólares, lo que la colocaría entre las ofertas públicas más grandes de la historia y le permitiría captar más de 30 mil millones de dólares para financiar su expansión. No se busca únicamente sostener más lanzamientos, sino consolidar una infraestructura orbital de comunicaciones y cómputo que coloque a la compañía en el centro del ecosistema de inteligencia artificial.

Elon Musk ha confirmado que estos planes de oferta pública son consistentes con la hoja de ruta interna y, al mismo tiempo, impulsa xAI, su empresa de inteligencia artificial, diseñada para aprovechar de forma preferente la red satelital y los futuros servicios de procesamiento en órbita. Esta combinación de financiación, cohetes reutilizables y una marca tecnológica global configura el marco en el que Musk aspira a disputar el liderazgo en infraestructura de IA.

La infraestructura actual se apoya en Starlink, la megaconstelación que ofrece internet de alta velocidad desde órbita baja y que ya cuenta con miles de satélites operativos alrededor del planeta. En su siguiente fase, Musk ha planteado que la nueva generación Starlink V3 podría evolucionar hacia una plataforma de cómputo espacial, capaz de albergar chips de procesamiento y gestionar grandes volúmenes de datos en tiempo casi real.

En este diseño, cada satélite funcionaría como un nodo de data centers distribuidos en el espacio, con enlaces láser de alta capacidad y alimentación solar prácticamente continua. La visión se apoya en la idea de que, al operar fuera de la atmósfera, estos sistemas evitarían parte de las limitaciones de la red eléctrica terrestre y reducirían la necesidad de complejos sistemas de refrigeración que hoy condicionan el crecimiento de los centros de datos.

La crisis energética de la IA como palanca

Mientras tanto, grandes tecnológicas como Microsoft, Google, Amazon y Oracle lidian con el aumento explosivo del consumo eléctrico de sus data centers dedicados a modelos de IA de gran escala. Informes financieros y análisis sectoriales muestran inversiones multimillonarias en infraestructura energética y de refrigeración, junto a tensiones crecientes con redes eléctricas locales que ya operan cerca de su límite.

Estudios recientes advierten que la demanda de energía de los centros de datos podría aumentar más de 100% hacia 2030 respecto a niveles actuales, impulsada sobre todo por la IA. Frente a este panorama, Musk propone trasladar parte de la computación fuera del planeta: en la práctica, convertir el espacio en una nueva “zona industrial” para el procesamiento masivo de datos, alimentado por energía solar y desconectado de los cuellos de botella terrestres.

Una carrera por la computación espacial

La idea de usar órbita baja para cómputo no es exclusiva de Musk, pero la posición de partida de SpaceX es singular. Su flota de cohetes reutilizables y la constelación de Starlink le dan una ventaja de años frente a competidores que apenas comienzan a plantear proyectos similares. Para muchos analistas, si logra desplegar una red funcional de cómputo orbital, podrá ofrecer su capacidad como servicio a gigantes de la IA que no resuelvan sus problemas energéticos en tierra.

En ese escenario, Musk ganaría la carrera de las AI con computación espacial al convertirse en proveedor estructural de capacidad de cómputo para actores como OpenAI, Google o Microsoft, más allá de la batalla por los modelos concretos. El riesgo es que una parte crítica de la infraestructura digital global quede en manos de una sola empresa, lo que abre un debate sobre competencia, soberanía tecnológica y regulación en una era donde los data centers podrían dejar de estar anclados al suelo.

Implicaciones y debates que vienen

Elon Musk se aleja así de la imagen de simple empresario de cohetes para presentarse como arquitecto de la próxima capa física de la computación. La computación espacial combina promesa tecnológica con interrogantes sobre seguridad, costos reales, basura espacial y gobernanza de infraestructuras críticas más allá de las fronteras nacionales.

Mientras Musk acelera el despliegue de satélites y prepara la IPO de SpaceX, gobiernos y reguladores tendrán que decidir cómo responder a un modelo en el que servicios esenciales podrían residir en órbita, operados por un puñado de actores privados. El desenlace de esta carrera definirá no solo quién lidera el negocio de la inteligencia artificial, sino también quién controla los cimientos físicos sobre los que se ejecutará.

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Primer data center de AI del país será en Durango

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Primer data center de AI del país

Primer data center de AI del país será en Durango marca un nuevo capítulo para la relación entre energía e infraestructura digital en México. El proyecto se levanta sobre gasoductos, plantas eléctricas y una apuesta de largo plazo por la inteligencia artificial.

Primer data center de AI del país será en Durango

Primer data center de AI del país será en Durango, no es solo un gran anuncio, es un giro estratégico en la manera en que el estado del norte se inserta en la economía digital global. Concebido como un campus de hiperescala, el complejo estará dedicado a procesar cargas masivas de inteligencia artificial, con una capacidad proyectada de hasta 250 megawatts de TI para entrenamiento y operación de modelos avanzados. Al centro del plan aparece el corredor energético de Durango, que deja de ser un territorio de paso para convertirse en el corazón de un polo de datos.

El proyecto se articula en torno a Fermaca Digital City, el nombre con el que se ha bautizado el nuevo campus de centros de datos y que aprovechará la experiencia del grupo en transporte de hidrocarburos y generación eléctrica. A diferencia de otros desarrollos, el complejo se concibe desde el primer trazo como un ecosistema integrado: infraestructura energética propia, conectividad de alta capacidad y un diseño pensado para albergar equipos de cómputo de última generación, con miras a atraer a firmas globales de tecnología y servicios en la nube.

Un proyecto que nace desde lo energético

Desde su concepción, el primer data center de AI del país será en Durango se ha presentado como un proyecto que pone la energía en el centro de la ecuación. Más allá de las salas blancas y los racks de servidores, la clave está en asegurar un suministro estable, continuo y competitivo de electricidad para sostener operaciones que no pueden detenerse. Por eso, el desarrollo se apoya en una planta de ciclo combinado y en la red de transporte de gas natural que el grupo ha tendido a lo largo de la región.

Esta estructura permite reducir la dependencia de la red pública tradicional y blindar al complejo frente a variaciones de precio o disponibilidad en el mercado eléctrico. En la práctica, el campus funcionará como un gran ancla de demanda para el sistema energético local, comparable a industrias pesadas, pero orientada a un nuevo tipo de “producción”: la ejecución continua de algoritmos que requieren enormes cantidades de energía y capacidad de enfriamiento.

Gas, ciclo combinado y la nube de datos

El diseño del proyecto contempla gasoductos propios, infraestructura de compresión y generación eléctrica dedicada para alimentar tanto a los centros de datos como a otros proyectos industriales asociados. Bajo este esquema, la empresa Fermaca convierte su experiencia en transporte y suministro en una ventaja competitiva para el naciente hub digital duranguense. El objetivo es claro: garantizar que la energía no sea un cuello de botella para las aplicaciones de IA.

El Gobierno de Durango, que ha presentado el complejo como el futuro data center más grande de Latinoamérica, ve en esta infraestructura una oportunidad para posicionar al estado como nodo energético-digital. A través de la plataforma oficial del Gobierno de Durango, la administración estatal ha subrayado que el proyecto se sostiene sobre una combinación de innovación tecnológica y aprovechamiento de recursos energéticos que ya se venían desarrollando en la entidad.

IA soberana y seguridad energética

En la narrativa del proyecto se ha incorporado un componente de soberanía tecnológica vinculado a la inteligencia artificial y a la protección de datos estratégicos. La visión es que los modelos que se entrenen y operen en el campus puedan alimentar plataformas nacionales, entre ellas sistemas de monitoreo y análisis que, a nivel federal.

En ese contexto, contar con un entorno controlado para alojar datos sensibles y ejecutar algoritmos complejos exige algo más que potencia de cómputo: requiere una base energética segura y robusta. La soberanía tecnológica que se invoca en los discursos alrededor del proyecto pasa, en buena medida, por la soberanía en el suministro eléctrico que permitirá que estas plataformas funcionen sin depender de decisiones ajenas al ecosistema que se construye en Durango.

Nueva geografía energética-digital del país

Más allá de los indicadores de empleo y derrama económica, el proyecto perfila una reconfiguración del mapa productivo de Durango. La combinación de centros de datos, infraestructura energética y proyectos industriales asociados crea un corredor donde la energía deja de ser solo insumo para fábricas tradicionales para convertirse también en motor de la economía de los datos. La apuesta es que, a partir de este nodo, el estado pueda atraer a desarrolladores de IA, empresas de nube y compañías que requieran alta capacidad de procesamiento.

La forma en que se gestione esta transición marcará un precedente para futuros desarrollos de infraestructura digital en México. Si el modelo funciona, Durango podría convertirse en referencia de cómo articular gas, electricidad, cómputo avanzado y política pública en un mismo territorio.

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Energía

SIEET: la plataforma energética digital tamaulipeca que busca atraer inversiones

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SIEET: la plataforma energética digital tamaulipeca

El lanzamiento del Sistema de Información Energética del Estado de Tamaulipas (SIEET) marca un hito en la forma en que un estado organiza y comunica su potencial energético. Diseñada como una plataforma digital gratuita, integra en un solo entorno datos sobre infraestructura, producción y oportunidades de desarrollo, con el objetivo de convertir información dispersa en un mapa claro para la toma de decisiones. SIEET: la plataforma energética digital tamaulipeca que busca atraer inversiones también apuesta por la transparencia como insumo básico para ganar confianza en un mercado altamente competitivo.

Desde su concepción, el sistema fue pensado para atender a varios públicos al mismo tiempo: empresas que buscan certidumbre técnica, autoridades que requieren diagnósticos precisos y centros académicos interesados en estudiar la transición energética. Al ofrecer un lenguaje visual accesible, mediante mapas e indicadores, el SIEET intenta traducir datos complejos en narrativas claras sobre dónde están las fortalezas y las brechas de Tamaulipas. SIEET: la plataforma energética digital tamaulipeca que busca atraer inversiones se coloca así como una vitrina que ordena el panorama energético estatal y lo proyecta hacia el exterior.

El papel de la Secretaría de Desarrollo Energético (SEDENER)

La Secretaría de Desarrollo Energético (SEDENER) asumió la encomienda de desarrollar el sistema con capacidades técnicas propias, lo que permitió al gobierno estatal mantener control sobre el diseño y la actualización de la plataforma. Esta ruta institucional busca evitar que la información estratégica dependa de terceros y refuerza la idea de una política energética con mayor soberanía en sus datos. Al mismo tiempo, la dependencia se coloca como nodo articulador entre industria, municipios y otras áreas del gobierno estatal.

En distintos mensajes públicos, la SEDENER ha presentado el SIEET como un instrumento de gobernanza moderna, capaz de integrar estadísticas, georreferenciación y análisis en un solo espacio de consulta. De esta manera, la secretaría deja de ser solo una oficina de trámite para convertirse en un generador activo de inteligencia energética, con capacidad para anticipar necesidades de infraestructura, identificar cuellos de botella y acompañar nuevos proyectos.

Una radiografía energética

El SIEET funciona como una radiografía dinámica del sistema energético tamaulipeco, con información sobre líneas de transmisión, subestaciones eléctricas, zonas de carga, infraestructura de hidrocarburos y áreas con potencial renovable. A través de un visor interactivo, los usuarios pueden ubicar activos estratégicos y cruzar variables que antes se encontraban dispersas en distintos reportes o dependencias. Esta integración permite una lectura más fina de los riesgos y oportunidades, tanto para inversiones greenfield como para ampliaciones de proyectos existentes.

La plataforma incorpora también campos de datos relacionados con eficiencia energética y otros indicadores que ayudan a entender cómo se consume y distribuye la energía en el territorio. Con ello, el sistema no solo sirve para mostrar lo que ya existe, sino que permite plantear escenarios de crecimiento ordenado, identificar regiones con riesgo de saturación y priorizar obras que aporten resiliencia a la red. En el mediano plazo, este tipo de herramientas puede convertirse en un insumo clave para políticas públicas de largo aliento.

Del Congreso Internacional de Energía Tamaulipas 2025 a la agenda diaria

El SIEET tuvo uno de sus escaparates más visibles durante el Congreso Internacional de Energía Tamaulipas 2025, donde fue presentado como ejemplo de cómo un gobierno subnacional puede transformar datos técnicos en una herramienta cotidiana de planeación. En ese espacio, especialistas y representantes de la industria destacaron la importancia de contar con información estructurada y actualizada para reducir la incertidumbre en el diseño de nuevas inversiones. El congreso sirvió, además, para contrastar la experiencia tamaulipeca con otras iniciativas nacionales e internacionales de gestión de datos energéticos.

A partir de ese foro, el reto ha sido llevar la herramienta del ámbito de la presentación institucional a su uso diario por parte de consultores, empresas y autoridades municipales. La consolidación del SIEET como referencia obligada en cualquier análisis sobre proyectos energéticos en Tamaulipas dependerá de la capacidad del estado para mantener la plataforma viva, con datos actualizados, mejoras tecnológicas y un diálogo permanente con sus principales usuarios.

Un ecosistema digital para la inversión energética

La creación del Sistema de Información Energética del Estado de Tamaulipas (SIEET) forma parte de una estrategia más amplia para posicionar al estado como un nodo clave en la transición energética y en el desarrollo de proyectos de gran escala. Al ofrecer datos confiables y abiertos, se envía una señal clara a los mercados: hay reglas del juego más transparentes y un terreno de planeación que intenta reducir la improvisación. En un contexto donde las decisiones de inversión se toman cada vez más con base en evidencia, contar con una plataforma de este tipo puede marcar la diferencia frente a otras regiones.

El uso cotidiano del SIEET también abre la puerta a nuevas formas de colaboración entre gobierno, iniciativa privada y academia, al compartir un mismo punto de partida informativo. Desde estudios de impacto regional hasta proyectos de innovación tecnológica, la existencia de un repositorio común de datos contribuye a alinear esfuerzos y a evitar diagnósticos fragmentados.

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