¿Por qué la desaparición de las abejas pone en riesgo al ser humano?
Gerardo Ceballos, investigador en el Instituto de Ecología de la UNAM, afirma a Infobae México que si se pierden las abejas se pierde la capacidad de producir alimentos. En sus palabras: “Con la extinción de las abejas, y la extinción de las especies en general, estamos en una situación tan complicada que lo que pase en los siguientes 15 años va a determinar qué pasa con la humanidad y con la vida en la Tierra”.
El investigador menciona que las abejas son uno de los indicadores de cómo se encuentra el planeta. Según Ceballos, perder a tantas abejas y que se estén extinguiendo indica que estamos en serios problemas: “Es una llamada de atención de que después de las abejas siguen otros animales y después otros”.
En el planeta existen al menos 20 mil especies de abejas. La abeja que conocemos comúnmente es la apis mellifera; sin embargo, esta no es endémica de México ya que proviene de Europa. El trabajo que hacen las abejas, y en general los polinizadores, es sumamente importante para el ecosistema y para la alimentación del ser humano. De este proceso depende 90 por ciento de las plantas con flores como los girasoles, la mejorana, la borraja; 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo como el jitomate, aguacate, calabaza, todos estos importantes en la dieta mexicana y 35 por ciento de las tierras agrícolas, según la ONU.
En México existen aproximadamente 2 mil especies de abejas. Algunas de ellas son solitarias, 47 producen miel y son abejas meliponas, es decir, no tienen aguijón. Los pueblos mayas las cultivan desde hace cientos de años y la denominan “abeja sagrada” por las propiedades curativas que tiene su miel. Por diversos factores, las abejas se encuentran en grave riesgo de extinción. Es importante mencionar que la especie europea tiene muchas colmenas en granjas apicultoras por todo el mundo; sin embargo, las especies silvestres del país son las que se encuentran amenazadas.
Elizabeth Bacilio, médico veterinario especialista en abejas, ejerce actualmente en la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural de la Secretaría del Medio Ambiente, además es apicultora y capacitadora de este oficio. Bacilio explica a Infobae México que la disminución de estos insectos es un conjunto de varios factores: “enfermedades parasitarias y virales, el uso de insecticidas y pesticidas, el cambio climático, el mal manejo de agricultores, la mancha urbana, así como el uso de las antenas de señal ayudan a que las abejas no puedan regresar a su colmena porque se pierden”. Es decir, que las antenas que se necesitan para poder utilizar nuestros celulares hoy en día son responsables de la pérdida de muchas abejas.
Uno de los problemas, afirma, es que en muchos lugares donde hay siembra, los agricultores limpian el terreno, es decir, arrancan la maleza; pero dentro de esta se encuentran el girasol silvestre, el trébol blanco, el diente de león, las enredaderas campanita. De todas estas malezas se obtienen miel y polen, y cuando se remueven se les quita el alimento a las abejas y otros polinizadores, lo que ocasiona que mueran. Menciona que “esas abejas son las que están en peligro de extinción. Las personas no tienen ni idea de que existen esas abejas porque son poco observadoras, no tienen esa paciencia de tener un jardín y cuidarlo”.
Incluso muchas personas satanizan a los murciélagos, pero también son importantes polinizadores. Por ejemplo, si se acaban los murciélagos ya no habría mezcal porque son polinizadores exclusivos de este tipo de magueyes donde se saca la bebida.
Sin duda, uno de los principales problemas entorno a las abejas y que se tiene la urgencia de erradicar según los especialistas, es el uso de pesticidas e insecticidas. Ceballos menciona que deberían prohibirse pues contienen residuos que matan a las abejas, además de que se debería obligar a dos o tres compañías grandes a que dejen de producir esos productos químicos.
A esto, Bacilio agrega que compañías de esta magnitud ya tienen diversas demandas porque son productos que tienen neonicotinoides, los cuales son cancerígenos según la Organización Mundial de la Salud. Incluso las personas que manejan este tipo de productos se han enfermado: “va más allá de la muerte de los polinizadores, va de la mano la salud de los humanos”, afirma.
Asociaciones como Greenpeace han propuesto la prohibición de los plaguicidas tóxicos como son los neonicotinoides, fipronil y otros insecticidas.