Petróleo
202 mil mdp de ahorro por combate al huachicol
El presidente Andrés Manuel López Obrador resaltó que el combate al huachicol ha significado un ahorro de 202,000 millones de pesos.
En conferencia matutina, López Obrador resaltó que han logrado reducir considerablemente el robo de combustible en la actual administración. “En diciembre del 2018, se robaban 72,000 barriles de gasolina. Tomamos la decisión, enfrentado el robo de combustibles y empezamos a bajar. Esto ha significado un ahorro de 202,000 millones de pesos”, apuntó.
López Obrador reconoció que a pesar de la reducción, el robo de combustible ha experimentado un repunte en los recientes días.
Sin embargo, el presidente López Obrador reconoce que el robo de combustible ha incrementado
“Tenemos que aplicarnos porque hay un repunte que se nos ha venido expresando de tres meses a la fecha. Claro, nada que ver con lo que había. De 4,000 a un poquito más que 6,000”, acotó. Durante la conferencia, López Obrador presentó una gráfica en la que el gobierno federal señala que gracias a la lucha contra el robo de hidrocarburos se han evitado pérdidas del 1 de diciembre de 2018 al 7 de abril de 2020 por 202,341,317,100.00 pesos. Lo anterior, equivale a un ahorro diario de 165,311,533.48 pesos.
DELITO VA EN REPUNTE
El nivel más bajo de huachicol se registró en marzo del 2021 con 3,400 barriles diarios. Sin embargo, al momento ha aumentado a 6,800 barriles diarios hasta el término de la primera semana
de abril.
“Aquí empezó de nuevo, en marzo y abril, se está levantado, estos son 6,800 barriles diarios. Claro, en comparación de 72,000, estamos hablando del 10 por ciento”, expuso López Obrador. Comparó el ahorro de más de 202,000 millones de pesos en pérdidas de hidrocarburos con el monto que se ocupó en 2021 el Programa de Pensión Universal para Adultos Mayores. “El monto es el financiamiento de un año de la pensión de adultos mayores”, destacó López Obrador.
Contrabando de combustible bajó 32%: SAT
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) reveló que el contrabando de combustibles representó unos 16.9 millones de barriles en el primer trimestre del año, esto representó una contracción de 32% en comparación con el mismo periodo del año pasado.
En el Informe Tributario y de Gestión, que elaboró el fisco, esta disminución en el contrabando se explicó por el alza en los estímulos fiscales al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) como consecuencia de los recientes sucesos geopolíticos. Raquel Buenrostro, titular del SAT, dijo en su momento que los estímulos fiscales tienen un beneficio en seguridad pública pues se combate al
contrabando dado que no se cobra el IEPS.
“El contrabando del primer trimestre 2021 contra el 2022, disminuyó porque no hay ningún incentivo al día de hoy nadie paga IEPS de los importadores. El contrabando se hacía para evitar pagar el impuesto”, dijo Buenrostro Sánchez.
El SAT informó que la demanda de combustibles en el país fue de 114.8 millones de barriles, el contrabando representó 14.7% del total durante el primer trimestre. En los tres primeros meses del 2021, la demanda total de combustibles ascendió a 112.5 millones de barriles y el contrabando representó 22.1% del total.
Las importaciones legítimas registraron 57.9 millones de barriles y lo producido por Petróleo Mexicanos (Pemex) representó 39.9 millones de barriles en los tres primeros meses del año. Sumados representaron 97.8 millones de barriles o el 85.2% de la oferta total en el primer trimestre del 2022. En las importaciones legítimas se vio una disminución anual en la oferta de 3.6 millones de barriles, mientras que en el caso de Pemex tuvo un incremento anual de 6.6 millones de barriles, de acuerdo con el SAT.
Hay que recordar que el volumen del contrabando se estimó en 102 millones de barriles en el 2021, esto es el equivalente al 27% de las ventas legítimas de combustibles y al 41% de las importaciones legítimas de combustibles.
Petróleo
Washington confisca combustible a Cuba

El decomiso del superpetrolero venezolano Skipper, con más de un millón de barriles de crudo con destino a la isla, es ya en el símbolo más reciente de la estrategia de presión de Estados Unidos sobre Caracas y La Habana. Washington confisca combustible a Cuba.
Washington confisca combustible a Cuba: el caso del Skipper
La maniobra, Washington confisca combustible a Cuba que transportaba el buque Skipper, que quedó bajo control de fuerzas estadounidenses frente a las costas de Venezuela. Según reportes internacionales, la nave formaba parte de una red de suministro que, desde hace años, sostiene una porción clave del consumo de combustible de la isla.
En el marco de los acuerdos energéticos entre Caracas y La Habana. Washington argumenta que el petrolero tiene sanciones y está vinculado a esquemas ilícitos de transporte de crudo. Por dicha razón, su carga se confiscó y se redirigió a puertos estadounidenses. La operación se presenta como un “golpe ejemplar” a las finanzas venezolanas y al apoyo energético a Cuba. Hay diversos analistas advirtiendo el porqué de Washington confisca combustible a Cuba como parte de una estrategia de máxima presión sostenida.
Reacción de La Habana y acusaciones de “piratería”
En Cuba, la respuesta oficial resultó inmediata. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, a través de comunicados y declaraciones, calificó el decomiso como un “acto de piratería” y un nuevo capítulo de la “guerra económica” contra la isla. Desde el Palacio de la Revolución, Miguel Díaz-Canel habló de “terrorismo marítimo” y subrayó que la operación afecta directamente un sistema energético ya deteriorado, marcado por apagones prolongados, escasez de combustible y un transporte público al límite.
Para el gobierno cubano, la confiscación no solo refuerza el cerco económico, sienta un precedente peligroso: una potencia se arroga la facultad de interrumpir el flujo de recursos entre países en aguas internacionales.
Venezuela y la disputa por la soberanía energética
En Caracas, el discurso es igual de crítico. Autoridades venezolanas han denunciado que el Skipper transportaba petróleo dentro de un marco de acuerdos soberanos con Cuba y que el cargamento no se dirigía al mercado estadounidense. Entonces, la operación es extensión extraterritorial del poder de Washington sobre las rutas marítimas regionales. Esto impacta directamente la capacidad de exportación de Venezuela.
Voces especializadas alertan de que el decomiso del buque puede disuadir a navieras y aseguradoras de participar en futuros envíos de crudo hacia la isla, encareciendo costos y elevando riesgos en cada operación. En un momento en que Venezuela busca recomponer su industria petrolera, la acción se lee como un mensaje directo a cualquier actor que mantenga vínculos con su sector energético.
Impacto en la población cubana y el tablero regional
Más allá de la disputa diplomática, el golpe se siente con fuerza en la vida cotidiana cubana. Cada envío perdido significaría menos margen para generar electricidad, abastecer el transporte y sostener la actividad productiva en medio de una crisis económica prolongada. La dependencia estructural del petróleo venezolano convierte la confiscación del Skipper en un eslabón más de una cadena de vulnerabilidades que ya se traducen en largas jornadas sin luz y en una movilidad interna cada vez más precaria.
En el ámbito regional, la medida refleja la política de Estados Unidos bajo el liderazgo de Donald Trump. Aplica un doble rasero: mientras se estrangula el flujo de crudo hacia La Habana, otros aliados con cuestionados historiales democráticos operan sin temor a que sus buques sean detenidos en alta mar.
Para críticos de la estrategia estadounidense, el caso del Skipper confirma que el pulso por el control energético del Caribe se libra también en los corredores marítimos donde se define quién puede, y quién no, mover su petróleo.
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Petróleo
Declaran culpable a Alex Rovirosa Martínez en red de sobornos de Pemex

Declaran culpable a Alex Rovirosa Martínez en Estados Unidos por su participación en un esquema de sobornos dirigido a funcionarios de Petróleos Mexicanos y su filial de Exploración y Producción, con el objetivo de asegurar contratos y destrabar pagos millonarios para sus empresas. Un jurado federal en Houston determinó que el empresario tabasqueño incurrió en prácticas corruptas entre 2019 y 2021, mediante pagos en efectivo, relojes de lujo y artículos de marca a al menos tres funcionarios, lo que le permitió obtener ventajas indebidas en licitaciones.
El caso se enmarca en la aplicación de leyes anticorrupción de Estados Unidos y se centra en contratos por al menos 2,5 millones de dólares vinculados a compañías controladas por el propio Rovirosa. La acusación detalla que el empresario, residente legal en Texas, utilizó su posición como proveedor del sector energético para consolidar una red de influencias que operaba desde el terreno corporativo hasta las oficinas encargadas de auditar y autorizar recursos dentro de la petrolera estatal.
Una red que trastocó licitaciones y auditorías
Declaran culpable a Alex Rovirosa Martínez luego de acreditarse que, junto con su socio Mario Alberto Ávila Lizárraga, diseñó un esquema para manipular licitaciones y cerrar auditorías incómodas mediante sobornos directos y obsequios de alto valor. Entre los beneficios obtenidos se cuentan contratos de obras, servicios y mantenimiento asociados a proyectos de infraestructura de Pemex y Pemex Exploración y Producción, así como la liberación de pagos que estaban retenidos por revisiones internas.
De acuerdo con documentos judiciales, los sobornos se dirigían a un círculo específico de funcionarios responsables de revisar propuestas técnicas, autorizar adjudicaciones y concluir auditorías en áreas sensibles de la operación petrolera. Las autoridades estadounidenses sostienen que esta dinámica alteró la competencia en los procesos de contratación, al premiar a empresas sin considerar plenamente criterios técnicos o financieros, sino la capacidad de alimentar la red corrupta.
El papel de los funcionarios y el “auditor torero”
Uno de los personajes centrales del caso es un auditor senior de Pemex, apodado mediáticamente como el “auditor torero” por la forma en que presumía sus maniobras para “salvar” contratos y limpiar observaciones. De acuerdo con la acusación, este funcionario celebraba las adjudicaciones favorables como faenas triunfales, mientras recibía efectivo, relojes de gama alta y otros bienes como contraprestación por sus decisiones.
La trama incluye episodios donde propuestas técnicas inicialmente descalificadas regresaron al proceso tras la intervención de este auditor y otros mandos de adquisiciones. Esa capacidad para reorientar el curso de licitaciones clave es uno de los elementos que llevó a las autoridades a considerar el caso como un ejemplo de corrupción que se extendía desde la cúpula administrativa hasta los niveles operativos encargados de los fallos.
Contexto político y Pemex en el sexenio pasado
El proceso en Texas ha abierto un nuevo frente de cuestionamientos sobre los controles internos de la petrolera y la efectividad de los mecanismos de cumplimiento durante ese sexenio. Mientras tanto, Mario Alberto Ávila Lizárraga, exdirectivo de Pemex PEP y socio clave de Alex Rovirosa en el esquema, permanece prófugo, lo que mantiene viva la discusión sobre las responsabilidades políticas y administrativas vinculadas a esta red de sobornos.
Empresas, contratos y proyección del caso
Las investigaciones identifican al menos seis compañías asociadas a Alex Rovirosa, beneficiadas por contratos que abarcan construcción, mantenimiento de instalaciones y servicios para la industria petrolera. Entre ellas destacan firmas que ya habían consolidado presencia en licitaciones de alto valor y que, según la acusación, consolidaron su posición gracias a la distorsión deliberada de procesos de competencia.
El caso se ha convertido en una referencia dentro de la agenda de cumplimiento internacional, al ilustrar cómo dos empresarios con residencia en Texas aprovecharon su acceso a la estructura de una empresa estatal extranjera para obtener ventajas ilícitas. Para especialistas en integridad corporativa, el juicio envía un mensaje directo a proveedores del sector energético sobre los riesgos penales de replicar esquemas similares en contratos con compañías públicas. En este contexto, la trayectoria de Alex Rovirosa y el papel de Pemex PEP son ahora objeto de un escrutinio que trasciende las fronteras mexicanas.
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Petróleo
Deudas de Pemex evitan la inversión privada: señales de alerta para el sector

Deudas de Pemex evitan la inversión privada
Durante 2025, Pemex ha reconocido una deuda comercial con proveedores que supera los 500 mil millones de pesos, a lo que se suma un pasivo financiero total por encima de los 100 mil millones de dólares. Esta combinación, que incluye cuentas vencidas con empresas de servicios, navieras, arrendadores de plataformas y constructoras, ha encendido alarmas en cámaras empresariales y analistas del sector.
La presión de caja se refleja en pagos diferidos, negociaciones permanentes y promesas sucesivas de regularización, al tiempo que la actividad petrolera en el Golfo de México muestra signos de desaceleración por proyectos detenidos o replanteados. En este contexto, cada nueva convocatoria a socios privados llega acompañada de una pregunta central: si la empresa no logra ponerse al día con sus compromisos actuales, ¿hasta dónde puede garantizar el cuDeudas de Pemex evitan la inversión privadamplimiento de los futuros?
Contratos mixtos, entre la oportunidad y la desconfianza
El plan estratégico 2025-2035 de Petróleos Mexicanos (Pemex) plantea 21 contratos mixtos con empresas privadas para atraer inversiones por hasta 17 mil millones de dólares y sumar alrededor de 450 mil barriles diarios adicionales hacia 2033. La meta oficial es sostener una plataforma cercana a 1.7–1.8 millones de barriles diarios de hidrocarburos, apoyándose en proyectos donde el capital y el conocimiento técnico provengan del sector privado.
Sin embargo, el diseño de estos instrumentos deja poco margen de maniobra al socio: Pemex busca retener al menos 40% de participación y establece límites estrictos a la recuperación de costos, además de concentrar la toma de decisiones estratégicas. Para los inversionistas, el resultado es un esquema en el que se asumen riesgos operativos y financieros elevados, pero con un grado limitado de control sobre el ritmo de inversión, la gestión de campos y la respuesta ante contingencias.
Proveedores bajo presión y riesgo sistémico
El rezago en los pagos ha afectado tanto a grandes multinacionales de servicios petroleros, como Halliburton, como a empresas medianas y pequeñas que dependen de los flujos de la cadena energética para sostener empleos y operaciones. Ese estrés financiero se traslada a subcontratistas, proveedores regionales y trabajadores especializados, generando una cadena de atrasos que ya se percibe en menor actividad, equipos parados y proyectos en pausa.
Organizaciones empresariales han advertido que el incremento de pasivos con proveedores y contratistas, sin una ruta clara de saneamiento, no solo encarece el financiamiento para la compañía, sino que también eleva el costo país para cualquier nueva Inversión Privada vinculada a la petrolera. En la práctica, los bancos exigen mayores garantías, las tasas suben y los contratos requieren mecanismos adicionales de protección, lo que reduce el atractivo económico de incorporarse a nuevos desarrollos.
Transparencia, gobernanza y futuro de la exploración
Otro elemento que pesa en las decisiones de las compañías interesadas es la limitada transparencia en la asignación y seguimiento de los proyectos con socios privados, así como la centralización de las decisiones clave en la empresa estatal. Para jugadores acostumbrados a marcos regulatorios más claros, esta combinación de opacidad, alta exposición y deudas acumuladas hace que se perciba a México en un destino de alto riesgo para proyectos de exploración y desarrollo de campos.
Expertos coinciden en que reducir de manera creíble la deuda con proveedores, fortalecer la gobernanza de los contratos y abrir espacios reales de corresponsabilidad operativa serán condiciones indispensables para destrabar las asociaciones que Pemex necesita. Mientras esto no ocurra, las deudas de Pemex evitan la inversión privada y seguirán siendo el principal filtro para cualquier compañía que evalúe comprometer capital y tecnología en los proyectos de la empresa del Estado.
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