La guerra en Ucrania dispara el precio del gas y el petróleo y agrava la crisis energética
El crudo supera los 100 dólares y el precio del gas aumenta un 60%. EE UU aprovecha la situación para hacerse con el mercado del gas europeo. La crisis energética amenaza con golpear con más fuerza los hogares ante la inacción del Gobierno español.
La escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania ha disparado el precio de la energía. El precio del petróleo ha superado el límite psicológico de los 100 dólares por barril, el valor máximo desde hace ocho años, y amenaza con llegar en poco tiempo a 125 dólares, según pronostica The Financial Times. Por la mañana de este jueves, a medida que se difundían las primeras imágenes del ataque ruso a instalaciones militares de Ucrania, el precio del crudo alcanzaba valores que no se veían desde 2014, precisamente cuando Rusia se anexionó Crimea. Según este periódico económico, todo indica que el precio seguirá subiendo por la “capacidad limitada” de los grandes productores para aumentar el suministro y de reaccionar a interrupciones no previstas.
Rusia es el tercer mayor productor de petróleo del mundo y aporta a la UE el 40% del crudo que consume, aunque no todos los países son igual de dependientes del gigante euroasiático: Alemania importa hasta dos terceras partes de su petróleo de Rusia, mientras que en España esa cifra apenas llega al 5%. Los temores a posibles cortes de suministro se han sumado a las alertas sobre la falta de inversión que ha limitado la capacidad de los productores de petróleo y de gas para aumentar la producción, “dejando al mundo con pocas opciones para bajar los precios de la energía” ante emergencias como esta.
Según The Financial Times la falta de inversión en el sector petrolero ha limitado la capacidad de los productores de petróleo y de gas para aumentar la extracción, “dejando al mundo con pocas opciones para bajar los precios de la energía” ante emergencias como esta
También el precio del gas ha continuado su escalada después de un año en el que ha batido todos sus récords. Rusia suministra el 25% del gas natural consumido en Europa, especialmente en los países del centro y el este del subcontinente, y a través de Ucrania pasa buena parte de las exportaciones de este combustible hacia el oeste, dos circunstancias que hacen temer a los mercados problemas de suministro.
Estas incertidumbres han provocado que el gas de referencia en Europa aumente su precio en un 60% en apenas unas horas hasta llegar a los 125 euros por megavatio hora, siete veces más que hace un año. Mientras, el gas estadounidense, producido a través del fracking y que exporta en barcos metaneros, subió un 6%, una opción que las principales economías europeas barajan como principal alternativa para sustituir el gas ruso.
De hecho, los conflictos con tres de los principales suministradores de gas de Europa —Rusia, Argelia y Libia— han hecho que la demanda de gas licuado transportado en buques metaneros creciera exponencialmente. A principios de febrero, Enagás informaba de un hecho histórico: por primera en 30 años, Argelia dejaba de ser el primer suministrador de gas de España, un puesto que ha ocupado Estados Unidos, que actualmente sirve el 34,6% del gas consumido en el país. Hace un año, el gas licuado que llegaba en barcos suponía el 33,3%. Hoy supone el 54,6%, según Enagás, y el principal beneficiado es la industria del fracking de Estados Unidos.
Pero no todos los países europeos tienen la diversificación de fuentes energéticas de la que goza España. Alemania, obtiene el 55% de su gas natural de Rusia y si el gasoducto Nord Stream 2 ya estuviera funcionando esa dependencia subiría al 70%.