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Opinión

La estrategia: El rumbo electoral de la Seguridad Energética de los Estados Unidos

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Pese a haberse convertido en una potencia energética (desde el 2015) EUA sigue considerando la cuestión energética como un asunto de seguridad nacional.

 

Rosío Vargas

 

La estrategia de seguridad energética de los Estados Unidos ha sido histórica y se había centrado, hasta antes de la irrupción del fracking, en reducir la dependencia de los suministros del extranjero privilegiando la diversificación de abastecedores y promoviendo las fuentes de energía autóctonas. Ahora la estrategia ha cambiado en la medida en que EUA se ha vuelto el principal productor de petróleo y gas en el mundo. Ese país ha reducido las importaciones netas de petróleo, gracias al incremento de la producción de hidrocarburos gracias al uso de la tecnología de fracturación hidráulica con la perforación horizontal. Desde el 2015 EUA está posicionado como el mayor productor de petróleo y gas en el mundo. Esta “revolución energética” es la que utilizan los EUA para derrumbar el paradigma histórico de escasez de recursos, como base del diseño de su estrategia de SE sustituyéndolo por otro de abundancia de los mismos.

Para el 2018, en la política de seguridad energética de Estados Unidos, el objetivo de la búsqueda de la  “independencia energética” había perdido fuerza, aunque el consumo del petróleo continuara siendo alto, en términos absolutos, las importaciones continúan siendo una parte de la oferta nacional, por conveniencia económica, a la luz de los costos de producción de otros productores petroleros de otras regiones y por considerar la dinámica de la globalización ya que las interrupciones generadas por el alza en los precios, seguirían haciendo a EUA de cualquier forma vulnerable(2), debido a las alzas en los precios.  Si bien los ciclos de precio son inherentes al mercado petrolero, los EUA pueden afrontarlos con mayor margen de acción bajo su actual posición de exportadores netos después del 2020.

 

 

Por lo anterior, la administración republicana se ha enfocado más en el manejo de la política exterior a partir del nuevo contexto energético que le permite una posición de dominio sobre las variables fundamentales del mercado petrolero internacional. A nivel nacional se incorporan objetivos como la flexibilidad, la competencia y la redundancia de combustibles; además de los componentes básicos de la SE.

No obstante hay factores de riesgo, como la alta dependencia de las gasolinas del sector transporte, por ello hay quienes sugieren que la alternativa para EUA sería quitar la importancia estratégica a este combustible y ampliar las opciones de energéticos para el sector(3). Otro estaría en los aumentos en los precios internacionales del petróleo capaces de causar daños al crecimiento de la economía.

Los activos de EUA para resolver los riesgos de SE son muchos ya que el país cuenta con un mix energético diversificado al interior de su economía, con gran preponderancia para los combustibles fósiles, sobre todo no convencionales. Tiene en su haber todas las fuentes de energía y una amplia dotación de recursos e infraestructura para la producción de combustibles y electricidad. La bondad en la dotación de las distintas fuentes de energía es un criterio importante para garantizar la SE. Así por ejemplo, el hecho de que el carbón en EUA provenga prácticamente en su totalidad de minas nacionales, lo hace útil para fortalecer su SE. De igual forma contribuye el gas natural por tener una oferta excedentaria que le permite exportarlo en forma de GNL desde 2016 e importarlo sólo por razones de tipo geográfico y económico. Desde el punto de vista de una energía de base, la energía nuclear reduce los riesgos en el suministro eléctrico y no tiene problemas de dependencia de combustibles extranjeros. Bajo esta última consideración también se ponderan las bondades de las energías renovables,  ampliamente desarrolladas en el país.

Lo que se consideran  desafíos para el diseño de la estrategia de SE,  tienen mucho  que ver con el juego  político-ideológico en el ámbito interno,  el poder de republicanos y demócratas en la definición del rumbo de las políticas nacionales(4). Mientras los republicanos conservadores niegan el calentamiento global y favorecen los negocios de la industria petrolera, los demócratas y liberales están por desincentivar cualquier proyecto que emita gases de efecto invernadero y favorecen los aprovechamientos de energías renovables. Esto se contextualiza en la orientación y el perfil de sus administraciones, como fue el caso de la gestión de Barack Obama quien se inclinó más por las energías renovables vis a vis la gestión de Donald Trump quien se ha mostrado más proclive s los fósiles y en particular al comercio internacional del GNL, e incluso al carbón. Ambos casos promueven el desarrollo de las energías nativas en todo el territorio estadounidense.

Desde el punto de vista de la dependencia geográfica de EUA del petróleo del exterior (en la medida que por razones de costos nunca va a dejar de importar petróleo)  los EUA han podido reducir en los últimos años su vulnerabilidad en la medida en que cerca del 60% de sus importaciones provienen de América del Norte (Canadá y México). Esto significó reducir sus compras de los productores miembros de la OPEP, a los cuales Canadá ya ha rebasado como abastecedor del mercado estadounidense. Los resultados dan cuenta del éxito de su histórica estrategia de diversificación de abastecedores.

El concepto amplio de Seguridad Nacional también lo entienden como una responsabilidad colectiva  al incluir la Seguridad Nacional y la SE de sus aliados y socios. Por ello EUA promueve esquemas de cooperación multilateral y aplica su visión ampliada de SE al incorporarlos a como parte de su SE. Esto convierte en prioridad la búsqueda de un “acceso seguro y confiable a los recursos energéticos a escala global”. Estrategia que EUA  lleva a cabo junto con los países que forman parte de la Agencia Internacional de Energía (AIE). En  2014 en el marco de la reunión del G7 y la Unión Europea los ministros de energía(5)  formularon una definición ampliada de la SE adoptada por sus líderes a través de una declaración conjunta en Bruselas que propone:

1.- El desarrollo de mercados energéticos flexibles, transparentes y competitivos, incluidos los mercados de gas;

2.- Diversificación de combustibles energéticos, de fuentes y rutas, así como el fomento de fuentes autóctonas de energía;

3.- La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la aceleración de la transición hacia una economía baja en carbono;

4.- Mejoras en la eficiencia energética en oferta y demanda, así como la gestión de la demanda.

5.- Inversión permanente en innovación e investigación.

6.- Mejorar la resilencia de los sistemas de energía promoviendo la infraestructura.

7.- Establecer sistemas de respuesta de emergencia incluidas las reservas y la sustitución de combustibles;

8.-Fomentar el desarrollo de mercados globales, apoyar asociaciones que favorezcan la SE.

Queda claro, con la anterior propuesta, el enfoque de mercado y el enfoque exterior de los Estados Unidos para hacer frente a posibles amenazas capaces de afectar su seguridad y la de sus aliados y socios comerciales.

Canadá y México  forman parte de su SE y fueron incorporados a la Estrategia de Seguridad Nacional del 2017. Hasta antes de la revolución energética de EUA, el papel fundamental que estos dos vecinos jugaban para los EUA era el de abastecedores confiables de petróleo para cubrir las necesidades del mercado de EUA. Hoy día, Canadá lo sigue cumpliendo, pero en el caso de México, nuestro país sirve a la estrategia de EUA para expandir su mercado de hidrocarburos, refinados y petroquímicos, en un volumen nunca antes visto en el comercio bilateral. Si bien en el hemisferio, como se señaló, existen otros abastecedores, la estrategia de seguridad nacional (2017) de EUA sigue descansando en la integración del mercado energético de América del Norte como uno de sus pilares fundamentales.

Conclusión

Entre las propuestas más interesantes para resolver el verdadero problema de SE de EUA está la que tiene que ver con la dependencia al petróleo del sector transporte, a partir de quitarle su carácter estratégico (al petróleo), así como generar opciones de combustibles para el sector, la necesidad de dibujar un diseño integral y holístico para resolver el problema de los combustibles, crear un mercado en competencia para los combustibles para el transportes, así como reducir las barreras regulatorias en este sector, consideran los estadounidenses.

Pese a haberse convertido en una potencia energética (desde el 2015) EUA sigue considerando la cuestión energética como un asunto de seguridad nacional, debido al carácter  estratégico del petróleo y al haber hecho a la energía parte de su política exterior, en donde  el poder de la energía es fundamental en su estrategia de competitividad (América Primero) y su preeminencia frente a potencias rivales a través de la expansión de la industria del gas shale  en  el mundo con las exportaciones de Gas Natural Licuado (GNL) bajo la estrategia de Energy Dominance.

Si bien es clara la diferencia entre demócratas y republicanos con respecto al impulso y desarrollo de las fuentes renovables, la visión de ambos grupos tiende a coincidir cuando se trata del principal pilar de su sector energético, en este caso, el shale-oil&gas, que ha logrado una capacidad exportadora en los años recientes. Es difícil prever un cambio de rumbo en ese sentido después de las próximas elecciones.

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Ejemplo de soberanía: Legado en Materia Energética

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Manuel Rodríguez González

www.manuelrodriguez.mx

México es el único país que tuvo la capacidad de contener el alza de los precios de las energías durante la mayor crisis energética de toda la historia

Uno de los mayores legados en materia energética del recién concluido gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es haber colocado a México como ejemplo de soberanía y seguridad energética, al ser el único país que tuvo la capacidad de contener el alza de los precios de las energías, durante la mayor crisis energética de toda la historia. 

Esta crisis detonada en 2020 por la paralización de las cadenas de suministro y el confinamiento de la humanidad, como consecuencia de la pandemia del Covid-19; pulverizó la demanda al pasar de los 100 millones de barriles diarios hasta los 25 millones; el 20 de abril de ese año, fue el día más negro de la historia del petróleo, al cotizarse en números negativos.  

La recuperación de los precios fue igual de vertiginosa, en 2022 con la guerra de Ucrania la crisis se recrudeció con un matiz alcista; las consecuencias se vivieron principalmente en la Comunidad Europea por el recorte del suministro del gas ruso.

Ante este entorno global lleno de incertidumbre por los conflictos bélico de Europa del Este y Medio Oriente, la lección es contundente: la mano invisible del mercado no tiene la capacidad y mucho menos la responsabilidad de suministrar y atender las necesidades energéticas ante situaciones de crisis. 

Esto quedo constatado por el caso de España, donde en 2020 la cotización promedio de la electricidad fue de 34 euros por megavatio-hora (MWh), en agosto de 2022 alcanzó sus máximos históricos registrando precios por arriba de los 500 euros; y en Alemania, en ese mismo mes, se registraron precios que llegaron a oscilar entre los 840 y 1000 euros por MWh, condenando a muchas familias a vivir en la obscuridad y quiebra de su economía.

La Agencia Internacional de la Energía en su Reporte de Eficiencia Energética 2022, al respecto, señalo que “Los altos precios de los combustibles fósiles están provocando una crisis del costo de vida, empeoramiento de la pobreza energética y la salud pública”, y puso a México como un ejemplo de soberanía y seguridad energética, al ser el único país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en contener el alza de los precios de energía en 2022; mientras que  los Países Bajos, tuvieron un aumento del 100% con respecto al año previo, Inglaterra 59%, Unión Europea 39% y Estados Unidos 18%, mientras que México garantizo el suministro de energía y combustible con precios por debajo de la inflación.

La Comisión de Energía durante la LXV Legislatura, que tuve el honor de presidir, respaldo y coadyuvo con esta política energética, que, al otorgar el servicio de energía como un Derecho Humano, antepuso el interés púbico sobre el privado.  

La presidenta Claudia Sheinbaum, ha asumido el mismo compromiso de que: “No van a regresar los gasolinazos, no habrá aumento a las tarifas eléctricas, ni a los precios del gas doméstico, por encima de la inflación”.

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Cambios constitucionales: Reforma Energética 2024 ¿Favorece a México?

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La energía y en particular la electricidad, es insumo vital del cual depende el crecimiento en lo económico, social y en la calidad de vida de la población

Eduardo Olivares Pérez, Ph.D. Consultor.

[email protected]

El 10 de octubre de 2024, la Cámara de Diputados aprobó una iniciativa de decreto que modifica los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, relacionada con las áreas y empresas estratégicas, conocida como la reforma energética 2024. Los senadores avalaron con 86 votos a favor, 39 en contra y una abstención, la reforma para dejar de considerar empresas productivas del Estado a Pemex y a la CFE. Esta reforma constitucional, propuesta por el expresidente Andrés Manuel López Obrador revierte parcialmente la reforma energética del Gobierno de Enrique Peña Nieto que abrió el sector a la inversión privada y puso a Pemex y CFE a competir con los particulares. Los principales cambios constitucionales son: En el Artículo 25 se señala que las empresas productivas del Estado volverán a ser empresas públicas del gobierno.

En el Artículo 27 se establece que no se otorgarán concesiones para la explotación del litio y se establece que, en la industria eléctrica, los particulares no podrán tener prioridad sobre las empresas públicas. Asimismo, el Estado deberá garantizar el acceso continuo a la electricidad a precios bajos. Se elimina la posibilidad de que el Estado firme contratos con particulares para la transmisión y distribución de energía.

En el Artículo 28 se estipula que las funciones exclusivas del Estado, como la explotación del litio, el servicio de internet estatal y las actividades de las empresas públicas, no se considerarán monopolios. Además, el sistema eléctrico nacional deberá garantizar la autosuficiencia energética y suministrar electricidad al menor costo posible predominantemente sin fines de lucro, priorizando la seguridad y soberanía del país. Los servicios ferroviarios de pasajeros y carga se incluyen como áreas clave para el desarrollo nacional, y se introduce la figura de asignaciones para la comunicación satelital y el transporte ferroviario.

En cuanto al régimen transitorio el segundo artículo transitorio establece un plazo de 180 días a partir de la entrada en vigor de la reforma para ajustar las leyes secundarias a las nuevas disposiciones constitucionales. El tercer artículo transitorio deroga las disposiciones de la reforma energética de 2013 que contradigan este nuevo decreto. En cuanto se tenga constancia que al menos 17 legislaturas la hayan aprobado, será publicada en el Diario Oficial de la Federación para su entrada en vigor.

¿Esta reforma energética favorece a México? Aunque aún es temprano para afirmar o negar categóricamente esto, lo deseable es que sea positiva para el país. ¿Cuándo sabremos el impacto y repercusiones? Cuando se emitan las leyes secundarias. Esto es; se publiquen las leyes y reglamentos correspondientes que definirán el alcance, estructura y operatividad del sector. En otras entregas he referido que la expansión de la infraestructura energética del país requiere de ingentes cantidades de dinero. El Estado por sí solo difícilmente podría hacer frente a tan colosal reto técnico y financiero. Se espera que se respete, e incluso se fomente, la participación del sector privado para mantener un esquema mixto Estado-Privados en el sector energético mexicano con la debida certidumbre jurídica a dichas inversiones.

El incremento de la dependencia energética y los conflictos de carácter geoestratégico ligados a productos energéticos han intensificado la necesidad de reconstruir los modelos energéticos actuales. En ocasión pasada la presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, realizó una declaración que sorprendió a propios y extraños: “Los precios de la electricidad que se disparan ahora están exponiendo las limitaciones de nuestro diseño de mercado actual. Fue desarrollado para diferentes circunstancias. Por eso ahora estamos trabajando en una intervención de emergencia y una reforma estructural del mercado eléctrico.”

¿Por qué se está considerando actualmente la intervención gubernamental en los sectores energéticos en países del primer mundo? Porque los modelos de libre mercado en el sector energético, especialmente en situaciones de crisis, han demostrado ser imperfectos. De la disponibilidad de energía depende el desarrollo económico y social y la calidad de vida de la población de toda nación. Por esta razón la energía, la independencia energética, la seguridad energética, es un asunto de seguridad nacional. Los gobiernos necesitan asegurarse que en lo energético el mercado no lleve al sector y a la población a extremos fuera de toda proporción en precios y disponibilidad poniendo en riesgo el desarrollo, la estabilidad y la calidad de vida. Bajo esta premisa en el contexto y coyunturas que prevalecen en la actualidad varios gobiernos están apurados en reconstruir sus sectores y mercados eléctricos. Todo lo anterior se traduce en la necesidad de realizar reformas energéticas. El mundo no puede, no debe, arriesgarse a que los mercados controlen unilateralmente los precios y disponibilidad a libre arbitrio, en especial bajo esquemas de especulación o coyunturas –crisis reales o provocadas– con la finalidad de maximizar las ganancias. Lo que están urgidos por hacer Alemania, Reino Unido, Francia, entre otros en medio de las crisis, lo está intentando el gobierno mexicano con esta reforma. 

La necesidad de electricidad seguirá en aumento. El tema de combustibles fósiles se complica cada vez más. Las energías renovables con la tecnología disponible en la actualidad no pueden resolver completamente el suministro de energía requerido ni la descarbonización del sector en condiciones técnico-económicas viables. Es imperioso incentivar la innovación, preferentemente disruptiva, que permita generar, gestionar y consumir la energía de manera más eficiente, limpia y económica.

Si el sector eléctrico vuelve a estar bajo la rectoría del Estado vía la CFE, no se va a acabar el mundo, no se vendrá el caos en el suministro de energía ni toda la generación será con combustóleo o carbón como lo han anunciado algunos agoreros. Por el contrario, la CFE al ser fragmentada con la reforma de 2013 se trastocó su cadena de valor y en consecuencia se vieron vulneradas sus capacidades y eficiencia operativa y administrativa. Al unificar y fortalecer a la CFE se espera retome su papel protagónico en el sector eléctrico nacional en beneficio de la población. Para esto se requiere de buen juicio, sensatez, objetividad, en la redacción de las leyes y reglamentos que han de ser promulgados. En el caso de Pemex, por su naturaleza y contexto, se percibe más complicada esta tarea.

Es tiempo de dejar el dogma, el encono, la confrontación virulenta y estéril de uno y otro lado. Que el bien común, el interés nacional, esté por encima de intereses particulares o de grupo. La energía y en particular la electricidad, es insumo vital del cual depende el crecimiento en lo económico, social y en la calidad de vida de la población. Apremia lograr consensos y sinergia entre los actores directos e indirectos del sector: gobierno, iniciativa privada, organismos autónomos, academia, sociedad, para conducir a nuestros países y mundo hacia una condición energética más segura, eficiente y sustentable. De ello depende en buena medida nuestro futuro.

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El objetivo, reforma Energética, el retraso del futuro

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Las reformas a la política energética no son un simple hecho de cambios en papel, al otorgar a las empresas del estado un poder en su conjunto

Ramses Pech
Grupo Caravia – Grupo Pech Arquitectos

Las reformas a la política energética no son un simple hecho de cambios en papel, al otorgar a las empresas del estado un poder en su conjunto, y el colocar en el discurso, el poder de alcanzar la soberanía, independencia y autosuficiencia.

¿Cuál fue el objetivo? Dado que las empresas estatales carecen de su propia tecnología, y dependen de otros para poder integrarse en el mercado energético, y de esta forma ser México, independiente del mundo. ¿Podrá lograr? Los cambios en la reforma por el poder legislativo, dejó en claro dos cosas:

1. No tiene idea de la transición energética.

2. Auto-chamaquearon a México, ante sus socios comerciales del TMEC.

Se deriva de las siguientes observaciones que deben ser consideradas en el corto a mediano plazo por aquellos individuos que llevan a cabo la política pública de este país en el transcurso del sexenio y el próximo, ante los cambios constitucionales efectuados.

a) Transición energética. La eliminación que la nación era responsable de su realización; y que esta utilice las energías primarias de manera adecuada, para tener un mejor aprovechamiento, fueron enviados estos conceptos al bote de la basura. ¿Quién es el encargado de realizar esto?; y si en el dado caso es asignado a una secretaria, o empresa estatal, esto quiere indicar que no darán presupuesto para realizarlo.

b) Los legisladores en su totalidad, sin excepción solo hablaron de transición energética, referenciada a la forma de generar la electricidad con combustibles fósiles o energías renovables (incluidas las limpias), pero ninguno, cuando pasaron al púlpito para expresar su posicionamiento, no hablaron de la forma del dejar en manera paulatina, la utilización de combustibles fósiles. Entre los que se encuentran el gas natural, el cual es utilizado para generar más del 60 % de la electricidad en nuestro, país. El carbón utilizado para tomar su poder calorífico en algunas industrias, y en un 4 % para generar electricidad del total. Finalmente, el petróleo crudo y sus derivados; tales como las gasolinas, diésel, turbosina, gas licuado de petróleo, coque, combustóleo, entre los más utilizados en la cotidianidad de las actividades de la sociedad, y que son los que más gases de efecto invernadero producen, y que provienen principalmente del transporte que tiene que quemar para mover motores.

c) No, hay un plan de largo plazo de transición energética constitucional, y de políticas públicas reales del cómo debemos de llegar en el futuro. México necesita tecnología de otros países y que solo podemos obtenerla de tratados comerciales que tenemos con ciertos países.

d) Es absurdo considerar, y utilizar como discurso en el poder legislativo, que podemos dejar el uso de la gasolina y el utilizar carro eléctrico, si no existen las condiciones actuales. Sin considerar los híbridos, y los cuales tienen escape, y producen combustión, al seguir usando gasolina para su movilidad. Tengamos en cuenta que en México existen aproximadamente más de 38 millones de automóviles, y de los cuales del tipo eléctrico existen no más de 45 mil que circulan en la actualidad. Para poder llegar a tener carros eléctricos con las políticas actuales sexenales, y donde cada vez que llega una nueva administración, cambia el sector energético, estaremos teniendo carros en nuestro país circulando en plenitud del tipo eléctrico hasta él sigo XXII, y dejaremos de usar a los combustibles fósiles casi a finales de este siglo.

e) Las empresas PEMEX, y CFE; al pasar de nuevo a ser estatales, el cambio causa incertidumbre, por dejar de estar bajo la ley mercantil. Ahora tendrán toda la infraestructura del gobierno, para hacer frente ante cualquier desavenencia con una persona física o moral, que haya realizado algún contrato o transacción comercial. Eso beneficia a la empresa, debido a qué hora tiene el respaldo directo del gobierno, y no como antes que dependía de la SHCP, en cuánto podría ser ayudado.

f) Los legisladores han auto-chamaqueado a México debido a la implementación de los cambios correspondientes al sector energético, previo a la ejecución de la evaluación del TMEC en el año 2026. ¿Cuál era la prisa de hacer estos cambios? En realidad, existe una estrategia alineada entre lo político y el ámbito económico.

g) El TMEC fue firmado bajo políticas públicas que existían en su momento, en 2020; y que fueron el detonante en medida para su firma. La cual contenía normatividades, regulaciones, y leyes, que podían mantener una armonía con las inversiones privadas. Dado que México es el exportador principal a los Estados Unidos, y este socio comercial, es el que más invierte en nuestro país. Se debe tener en cuenta lo siguiente ante las modificaciones realizadas y pretendidas:

1. Revisará el Capítulo de Monopólico de empresas del estado, y cuyo objetivo, ver que no afecten a los inversionistas en los diferentes mercados. También es importante señalar que la CFE tiene el control de más del 75 % de la electricidad generada, y no debe confundirse, con el 54 %, que se refiere a la capacidad instalada. El mercado de generación de electricidad no se centra en cuántas plantas instaladas, si no en cuánto produce, y en cuanto a tu eficiencia operativa para despachar en el mercado. Recordemos que el único que puede vender la electricidad a usuarios domésticos es la CFE. PEMEX carece de competencia en la extracción y producción de crudo o gas natural. Este mercado no es el dónde los privados compiten, sino más bien en la venta o distribución de combustibles, donde la empresa estatal más del 75% de sus ingresos se deriva de esta actividad.

2. La integración de los órganos reguladores en la SENER podría generar un conflicto de interés y generar desavenencias en el acuerdo. Por ejemplo, podemos tomar a la comisión reguladora de energía, cuyo objetivo es brindar permisos para el mercado eléctrico y de hidrocarburos. La secretaria ostenta una silla en el consejo de CFE y PEMEX, y que al tener información del mercado, podría sugerir a la CRE, no dar el permiso a una empresa que pudiera hacer competencia a PEMEX.

3. Habrá ciertos cambios de forma, y ejecución, ante los cambios. Al no ser las mismas condiciones y términos firmados en 2020. Las negociaciones serán ríspidas, y veremos quién cede, y qué tipo condicionantes surgirán de esto. Cambios hechos antes de tiempo. Tengamos en cuenta que gane Donald Trump o Kamala Harris, cuando las cuestiones económicas y estrategias han sido afectadas, ambos partidos se unen y enfrentan a aquellos que afectan sus intereses al país. México ofrece terrenos, mano de obra barata y cercanía a este país para ensamblar su tecnología.

h) El mayor impacto se suscitará en forma indirecta en la población. Dado que ahora PEMEX y CFE deben incrementar en mayor medida el presupuesto. Debido a que regresaremos a la forma de contratación como era hasta antes de la reforma energética; ambas empresas estarán en desventajas ante el posible incremento de precios unitarios, al tener un mayor costo de financiamiento, y ligado a una prima de riesgo en el dinero, ante los tiempos en los pagos a proveedores, y descuentos solicitados. Además de una posible mayor incorporación de corrupción dentro de ambas empresas.

i) Al dar un mayor presupuesto algunos programas sociales, deberán ser reducidos o simplemente, habrá un mayor déficit y que el resultado es directamente proporcional para incremento de la deuda. En México, nuestro poder legislativo y ejecutivo carecen de una política pública a largo plazo, debido a que todo el ser humano que llega a administrar el país, se encuentra en la tentación de dejar su relevancia, y la cual, es olvidada al día siguiente de abandonar el cargo.

El presupuesto del 2025, ¿confirmará nuestro analfabetismo energético?, el dado caso que el gasto programado esté destinado en un 70 % de desarrollo social, y esto dejaría, al económico lacerado, a donde se encuentra el gasto programado de la energía, y por ende no habrá transición energética con cimientos genuinos de la nación.

Los sabios esparcen ciencia; más no así el corazón de los necios.

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