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Opinión

Virtudes y desafíos de la iniciativa preferente de la industria eléctrica

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Lo que está en juego en estos momentos en México es la seguridad energética y la soberanía energética

 

En opinión de Rosío Vargas estás son las líneas de argumentación:

 

El presente artículo tiene por objeto analizar algunos de los principales argumentos en contra de la iniciativa de reforma a la industria eléctrica que el presidente Andrés Manuel López Obrador envió al Legislativo para su análisis. En virtud del peso de los actores contrarios a tal propuesta, analizamos sus principales líneas de argumentación por la importancia de su peso en la balanza de las decisiones públicas, en razón del uso de sus narrativas falaces, carentes de historia, de datos duros e incluso de distorsión deliberada de la propuesta oficial en discusión.

 

El primer argumento: CFE es un Monopolio.

El problema con los monopolios es que el precio de los productos o servicios son más altos de lo que serían si hay competencia. El problema con este argumento es que la competencia perfecta no existe en la realidad ya que es básicamente una herramienta teórica porque lo que existe son estructuras oligopólicas que, en no pocas ocasiones, hacen arreglos para mantener, elevar precios o repartirse el mercado. En nuestro caso, lo que busca la 4T es precisamente no aumentar los precios al establecer que su actualización sólo considerará la tasa inflacionaria.

CFE podría gozar de las ventajas que le permite ser un Monopolio natural por ser un servicio público básico y pertenecer a las denominadas industrias de redes, como ocurre con actividades existentes en otras formas de energía, en telecomunicaciones y presas hidráulicas, entre otros que tienen la exclusividad de la red de transmisión. Duplicar las redes, para permitir la libre competencia,  haría ineficiente a la industria o a empresas al duplicar los servicios al tener que efectuar altas inversiones en infraestructura. Sin embargo debido a las reformas en este sector en México esta aparente ventaja para la CFE, no ocurre.

El uso mediático que se da al término de monopolio, en EUA y otras economías desarrolladas, ha servido para deslegitimar a cualquier empresa o entidad a la que se le coloque dicha etiqueta al convertirlo en un atributo moral cargado de cualidades negativas que no especifican las narrativas. Por ello, se hace necesario acudir a la historia para contextualizar las diferencias de las experiencias del sector  entre naciones.

En México la  industria eléctrica correspondió a una empresa pública, hasta 2013, cuyas características constitucionales, durante décadas, respondieron en su totalidad a una actividad estratégica y de interés público que no era considerada un monopolio por la Constitución Política de México. Posterior a la reforma energética del presidente Peña Nieto, aún quedaron actividades con carácter de estratégicas tales como la planeación, la transmisión y la distribución. Si hubiera un mercado con cientos de empresas eléctricas públicas y privadas como en el caso de EUA, quizá tendría sentido la preponderancia del mercado, pero en México, tenemos sólo una empresa nacional y muchas a su alrededor.

Ve la paja en el ojo ajeno la American Chamber of Commerce (ACHAM) quien acusa a CFE de ser un monopolio a la luz del poder alcanzado por empresas como Google, Microsoft, Facebook, Tweeter y en general el conglomerado de Silicon Valley ahora vinculado a Blackrock y Wallstreet, ejemplos del poder  mediático-financiero que apunta a convertirse en herramienta del pentágono para intervenir en otros países. Entidades que a la luz de su poder económico son cada vez más intocables y cuyo proceder está muy lejos de una genuina competencia de mercado. Si en una potencia como EUA resultaría difícil limitar el poder de estas corporaciones, en un país en vías de desarrollo se antoja casi imposible. Lo curioso es que nadie les coloca la etiqueta de monopolios, cuando realmente lo son, y en cambio  se les denomina “gigantes” tecnológicos” que más parece un atributo para legitimarlas.

 

El segundo argumento: “es volver al pasado”

Quién acusa de volver al pasado estatista, por el contenido de la iniciativa, adolece de errores de percepción, y de conocimiento al asemejar lo moderno con progreso, por el hecho de ser novedoso. Cabe la posibilidad de que algunas cosas fueran mejor antes y que otras lo sean ahora con la Reforma Energética de Peña Nieto. Sin embargo, el simple hecho de que algo sea antiguo o moderno no lo hace mejor o peor. Ni todo lo antiguo es un retroceso ni todo lo moderno es un progreso. Todo depende de sus propias características y en todo caso es un asunto de perspectiva.

 

El tercer argumento: “el gobierno mexicano es pro-fósil”.

Otra distorsión está en el señalamiento de que México va por las energías sucias, (así llaman a los combustibles fósiles). El discurso aquí también se ha convertido en una cuestión moral de los hidrocarburos a los cuales hoy en día se culpa del cambio climático y se le coloca próximo a valores y cualidades negativas, cuando, en los hechos, es su uso en el contexto de un modelo capitalista el verdadero culpable.

En realidad el petróleo sigue siendo un energético con un alto retorno energético (EROI) y las naciones desarrolladas, incluidos Japón y EUA, no renuncian a estos. Sus intereses estratégicos están donde existe un potencial de reservas probadas de hidrocarburos, tales como el Medio Oriente, Venezuela, el Ártico y el Mar del Sur de China. Su preferencia por las energías renovables y lo verde es sólo una parte (no la más importante) en el diseño de sus estrategias energéticas futuras, mayoritariamente basadas en el petróleo y sobre todo, en el gas natural.

Si acusan al gobierno de la 4t de ser pro-fósil, deberían analizar el ejemplo japonés que ya se olvidó de los acuerdos de París y está construyendo 22 centrales eléctricas de carbón para poder resolver su demanda futura de electricidad.

En realidad la base de la propuesta del gobierno mexicano parte de una energía limpia, históricamente utilizada por la CFE, como ocurre con la energía hidráulica de las presas. La otra tecnología que es importante en el uso de tecnologías por parte de la CFE es el gas natural, utilizada para los ciclos combinados. Aquí lo que cambiaría no es la tecnología sino la propiedad de los energéticos en el ordenamiento del despacho eléctrico. Los cambios son importantes ahora, pero serán más aún en la medida en que vaya tomando forma la transición energética en donde la CFE será protagonista en el diseño de la matriz energética futura, ya en diseño. Por ello resulta prioritario este reordenamiento.

 

El cuarto argumento: “sólo el “libre mercado” baja los precios”.

Otra deliberada distorsión sobre la que habría que comentar es el argumento de los opositores de que con esta iniciativa presidencial, con carácter de preferente, van a subir los precios lo que afectará a los consumidores. En realidad desde sus primeras iniciativas el presidente López Obrador habló de seguridad y soberanía energética.

Dentro de los objetivos de la seguridad energética está no permitir que las tarifas vayan más allá de la tasa inflacionaria. Es entonces la promesa de no hacer subir los precios de los combustibles el leit motive de esta propuesta. No está por demás recordar que tras la implementación de la reforma energética los precios subían a diario alcanzando aumentos del 25%, en vaivenes y subidas que parecían incontrolables.

Sólo para ejemplificar lo que puede ocurrir en un mercado eléctrico hace algunos días que España sufrió la peor nevada en 50 años (-10C°), el precio de la energía aumentó en un 27% dejando a muchos (en la Cañadita), sin la posibilidad de poder acceder al servicio eléctrico. España es por cierto, ejemplo de calamidades de este tipo que se pueden ilustrar con historias recientes. Acudo a este caso porque entre las inconformes con la iniciativa de AMLO hay empresas españolas haciendo patria en México. Para las corporaciones privadas los precios altos son el mejor signo de bonanza pues su interés son las ganancias, no así el interés público y nacional. Que no nos confundan con sus bajos costos de generación y su interés en la competencia para bajar las tarifas.

La acusación de ser pro-fósil a México por parte de la ACHAM, los centros de pensamiento y los intelectuales orgánicos: Ignoran la participación actual y futura de los hidrocarburos en la oferta total de EUA; Ignoran que la mayor parte de los combustibles líquidos que se van a producir al 2050, siguen siendo gasolinas en escenarios en donde la participación de los autos eléctricos será, en el conjunto de la producción automotriz, sólo una porción marginal del total. Pretender que cómo General Motors va por los autos eléctricos todos lo harán adolece de insuficiencia de datos, porque aún hay limitantes técnicas en las redes de electricidad que no se han podido resolver para convertir al parque mundial de transporte a eléctrico. Los cambios van pero los caminos y metas se diseñan acordes a la seguridad energética y las prioridades de política de cada país.

 

Conclusiones:

Entonces lo que está en juego en estos momentos en México es la seguridad energética y la soberanía energética. La primera porque uno de los elementos constitutivos fundamentales de la seguridad energética es la confiabilidad, que prácticamente se garantiza en el sector eléctrico de cada país. La preeminencia en el despacho de las fuentes intermitentes en un contexto de menor demanda y de redes de transmisión insuficientes reduce la confiabilidad en el sistema y eleva los costos de la CFE por el respaldo, que antes no era tan importante, que debe proporcionar a estos tipos de energías, las tarifas preferenciales y los servicios conexos de que gozan las intermitentes. El deterioro en la confiabilidad en un sistema eléctrico integrado pone en riesgo el suministro por lo que la situación se convierte en un problema de seguridad nacional. No hay nada extraño en que los riesgos de seguridad energética equivalgan a un problema de seguridad nacional; la falta de reservas de hidrocarburos en España ha llevado a colocar su seguridad energética entre las prioridades de su seguridad nacional, al igual que lo hizo EUA cuando su dependencia de las importaciones de hidrocarburos toco un pico con una dependencia del 60% de las importaciones foráneas. Cada país tiene la obligación de resolver sus problemas de seguridad energética/nacional pues nadie va a venir a hacerlo por nosotros, esta sería la condición de autoayuda (self help) a que refiere el “Realismo” en relaciones internacionales. Es también soberanía energética.

 

 

*Doctora en Ingeniería energética. Investigadora en el CISAN/UNAM.

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Opinión

Ejemplo de soberanía: Legado en Materia Energética

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Manuel Rodríguez González

www.manuelrodriguez.mx

México es el único país que tuvo la capacidad de contener el alza de los precios de las energías durante la mayor crisis energética de toda la historia

Uno de los mayores legados en materia energética del recién concluido gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es haber colocado a México como ejemplo de soberanía y seguridad energética, al ser el único país que tuvo la capacidad de contener el alza de los precios de las energías, durante la mayor crisis energética de toda la historia. 

Esta crisis detonada en 2020 por la paralización de las cadenas de suministro y el confinamiento de la humanidad, como consecuencia de la pandemia del Covid-19; pulverizó la demanda al pasar de los 100 millones de barriles diarios hasta los 25 millones; el 20 de abril de ese año, fue el día más negro de la historia del petróleo, al cotizarse en números negativos.  

La recuperación de los precios fue igual de vertiginosa, en 2022 con la guerra de Ucrania la crisis se recrudeció con un matiz alcista; las consecuencias se vivieron principalmente en la Comunidad Europea por el recorte del suministro del gas ruso.

Ante este entorno global lleno de incertidumbre por los conflictos bélico de Europa del Este y Medio Oriente, la lección es contundente: la mano invisible del mercado no tiene la capacidad y mucho menos la responsabilidad de suministrar y atender las necesidades energéticas ante situaciones de crisis. 

Esto quedo constatado por el caso de España, donde en 2020 la cotización promedio de la electricidad fue de 34 euros por megavatio-hora (MWh), en agosto de 2022 alcanzó sus máximos históricos registrando precios por arriba de los 500 euros; y en Alemania, en ese mismo mes, se registraron precios que llegaron a oscilar entre los 840 y 1000 euros por MWh, condenando a muchas familias a vivir en la obscuridad y quiebra de su economía.

La Agencia Internacional de la Energía en su Reporte de Eficiencia Energética 2022, al respecto, señalo que “Los altos precios de los combustibles fósiles están provocando una crisis del costo de vida, empeoramiento de la pobreza energética y la salud pública”, y puso a México como un ejemplo de soberanía y seguridad energética, al ser el único país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en contener el alza de los precios de energía en 2022; mientras que  los Países Bajos, tuvieron un aumento del 100% con respecto al año previo, Inglaterra 59%, Unión Europea 39% y Estados Unidos 18%, mientras que México garantizo el suministro de energía y combustible con precios por debajo de la inflación.

La Comisión de Energía durante la LXV Legislatura, que tuve el honor de presidir, respaldo y coadyuvo con esta política energética, que, al otorgar el servicio de energía como un Derecho Humano, antepuso el interés púbico sobre el privado.  

La presidenta Claudia Sheinbaum, ha asumido el mismo compromiso de que: “No van a regresar los gasolinazos, no habrá aumento a las tarifas eléctricas, ni a los precios del gas doméstico, por encima de la inflación”.

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Cambios constitucionales: Reforma Energética 2024 ¿Favorece a México?

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La energía y en particular la electricidad, es insumo vital del cual depende el crecimiento en lo económico, social y en la calidad de vida de la población

Eduardo Olivares Pérez, Ph.D. Consultor.

[email protected]

El 10 de octubre de 2024, la Cámara de Diputados aprobó una iniciativa de decreto que modifica los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, relacionada con las áreas y empresas estratégicas, conocida como la reforma energética 2024. Los senadores avalaron con 86 votos a favor, 39 en contra y una abstención, la reforma para dejar de considerar empresas productivas del Estado a Pemex y a la CFE. Esta reforma constitucional, propuesta por el expresidente Andrés Manuel López Obrador revierte parcialmente la reforma energética del Gobierno de Enrique Peña Nieto que abrió el sector a la inversión privada y puso a Pemex y CFE a competir con los particulares. Los principales cambios constitucionales son: En el Artículo 25 se señala que las empresas productivas del Estado volverán a ser empresas públicas del gobierno.

En el Artículo 27 se establece que no se otorgarán concesiones para la explotación del litio y se establece que, en la industria eléctrica, los particulares no podrán tener prioridad sobre las empresas públicas. Asimismo, el Estado deberá garantizar el acceso continuo a la electricidad a precios bajos. Se elimina la posibilidad de que el Estado firme contratos con particulares para la transmisión y distribución de energía.

En el Artículo 28 se estipula que las funciones exclusivas del Estado, como la explotación del litio, el servicio de internet estatal y las actividades de las empresas públicas, no se considerarán monopolios. Además, el sistema eléctrico nacional deberá garantizar la autosuficiencia energética y suministrar electricidad al menor costo posible predominantemente sin fines de lucro, priorizando la seguridad y soberanía del país. Los servicios ferroviarios de pasajeros y carga se incluyen como áreas clave para el desarrollo nacional, y se introduce la figura de asignaciones para la comunicación satelital y el transporte ferroviario.

En cuanto al régimen transitorio el segundo artículo transitorio establece un plazo de 180 días a partir de la entrada en vigor de la reforma para ajustar las leyes secundarias a las nuevas disposiciones constitucionales. El tercer artículo transitorio deroga las disposiciones de la reforma energética de 2013 que contradigan este nuevo decreto. En cuanto se tenga constancia que al menos 17 legislaturas la hayan aprobado, será publicada en el Diario Oficial de la Federación para su entrada en vigor.

¿Esta reforma energética favorece a México? Aunque aún es temprano para afirmar o negar categóricamente esto, lo deseable es que sea positiva para el país. ¿Cuándo sabremos el impacto y repercusiones? Cuando se emitan las leyes secundarias. Esto es; se publiquen las leyes y reglamentos correspondientes que definirán el alcance, estructura y operatividad del sector. En otras entregas he referido que la expansión de la infraestructura energética del país requiere de ingentes cantidades de dinero. El Estado por sí solo difícilmente podría hacer frente a tan colosal reto técnico y financiero. Se espera que se respete, e incluso se fomente, la participación del sector privado para mantener un esquema mixto Estado-Privados en el sector energético mexicano con la debida certidumbre jurídica a dichas inversiones.

El incremento de la dependencia energética y los conflictos de carácter geoestratégico ligados a productos energéticos han intensificado la necesidad de reconstruir los modelos energéticos actuales. En ocasión pasada la presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, realizó una declaración que sorprendió a propios y extraños: “Los precios de la electricidad que se disparan ahora están exponiendo las limitaciones de nuestro diseño de mercado actual. Fue desarrollado para diferentes circunstancias. Por eso ahora estamos trabajando en una intervención de emergencia y una reforma estructural del mercado eléctrico.”

¿Por qué se está considerando actualmente la intervención gubernamental en los sectores energéticos en países del primer mundo? Porque los modelos de libre mercado en el sector energético, especialmente en situaciones de crisis, han demostrado ser imperfectos. De la disponibilidad de energía depende el desarrollo económico y social y la calidad de vida de la población de toda nación. Por esta razón la energía, la independencia energética, la seguridad energética, es un asunto de seguridad nacional. Los gobiernos necesitan asegurarse que en lo energético el mercado no lleve al sector y a la población a extremos fuera de toda proporción en precios y disponibilidad poniendo en riesgo el desarrollo, la estabilidad y la calidad de vida. Bajo esta premisa en el contexto y coyunturas que prevalecen en la actualidad varios gobiernos están apurados en reconstruir sus sectores y mercados eléctricos. Todo lo anterior se traduce en la necesidad de realizar reformas energéticas. El mundo no puede, no debe, arriesgarse a que los mercados controlen unilateralmente los precios y disponibilidad a libre arbitrio, en especial bajo esquemas de especulación o coyunturas –crisis reales o provocadas– con la finalidad de maximizar las ganancias. Lo que están urgidos por hacer Alemania, Reino Unido, Francia, entre otros en medio de las crisis, lo está intentando el gobierno mexicano con esta reforma. 

La necesidad de electricidad seguirá en aumento. El tema de combustibles fósiles se complica cada vez más. Las energías renovables con la tecnología disponible en la actualidad no pueden resolver completamente el suministro de energía requerido ni la descarbonización del sector en condiciones técnico-económicas viables. Es imperioso incentivar la innovación, preferentemente disruptiva, que permita generar, gestionar y consumir la energía de manera más eficiente, limpia y económica.

Si el sector eléctrico vuelve a estar bajo la rectoría del Estado vía la CFE, no se va a acabar el mundo, no se vendrá el caos en el suministro de energía ni toda la generación será con combustóleo o carbón como lo han anunciado algunos agoreros. Por el contrario, la CFE al ser fragmentada con la reforma de 2013 se trastocó su cadena de valor y en consecuencia se vieron vulneradas sus capacidades y eficiencia operativa y administrativa. Al unificar y fortalecer a la CFE se espera retome su papel protagónico en el sector eléctrico nacional en beneficio de la población. Para esto se requiere de buen juicio, sensatez, objetividad, en la redacción de las leyes y reglamentos que han de ser promulgados. En el caso de Pemex, por su naturaleza y contexto, se percibe más complicada esta tarea.

Es tiempo de dejar el dogma, el encono, la confrontación virulenta y estéril de uno y otro lado. Que el bien común, el interés nacional, esté por encima de intereses particulares o de grupo. La energía y en particular la electricidad, es insumo vital del cual depende el crecimiento en lo económico, social y en la calidad de vida de la población. Apremia lograr consensos y sinergia entre los actores directos e indirectos del sector: gobierno, iniciativa privada, organismos autónomos, academia, sociedad, para conducir a nuestros países y mundo hacia una condición energética más segura, eficiente y sustentable. De ello depende en buena medida nuestro futuro.

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El objetivo, reforma Energética, el retraso del futuro

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Las reformas a la política energética no son un simple hecho de cambios en papel, al otorgar a las empresas del estado un poder en su conjunto

Ramses Pech
Grupo Caravia – Grupo Pech Arquitectos

Las reformas a la política energética no son un simple hecho de cambios en papel, al otorgar a las empresas del estado un poder en su conjunto, y el colocar en el discurso, el poder de alcanzar la soberanía, independencia y autosuficiencia.

¿Cuál fue el objetivo? Dado que las empresas estatales carecen de su propia tecnología, y dependen de otros para poder integrarse en el mercado energético, y de esta forma ser México, independiente del mundo. ¿Podrá lograr? Los cambios en la reforma por el poder legislativo, dejó en claro dos cosas:

1. No tiene idea de la transición energética.

2. Auto-chamaquearon a México, ante sus socios comerciales del TMEC.

Se deriva de las siguientes observaciones que deben ser consideradas en el corto a mediano plazo por aquellos individuos que llevan a cabo la política pública de este país en el transcurso del sexenio y el próximo, ante los cambios constitucionales efectuados.

a) Transición energética. La eliminación que la nación era responsable de su realización; y que esta utilice las energías primarias de manera adecuada, para tener un mejor aprovechamiento, fueron enviados estos conceptos al bote de la basura. ¿Quién es el encargado de realizar esto?; y si en el dado caso es asignado a una secretaria, o empresa estatal, esto quiere indicar que no darán presupuesto para realizarlo.

b) Los legisladores en su totalidad, sin excepción solo hablaron de transición energética, referenciada a la forma de generar la electricidad con combustibles fósiles o energías renovables (incluidas las limpias), pero ninguno, cuando pasaron al púlpito para expresar su posicionamiento, no hablaron de la forma del dejar en manera paulatina, la utilización de combustibles fósiles. Entre los que se encuentran el gas natural, el cual es utilizado para generar más del 60 % de la electricidad en nuestro, país. El carbón utilizado para tomar su poder calorífico en algunas industrias, y en un 4 % para generar electricidad del total. Finalmente, el petróleo crudo y sus derivados; tales como las gasolinas, diésel, turbosina, gas licuado de petróleo, coque, combustóleo, entre los más utilizados en la cotidianidad de las actividades de la sociedad, y que son los que más gases de efecto invernadero producen, y que provienen principalmente del transporte que tiene que quemar para mover motores.

c) No, hay un plan de largo plazo de transición energética constitucional, y de políticas públicas reales del cómo debemos de llegar en el futuro. México necesita tecnología de otros países y que solo podemos obtenerla de tratados comerciales que tenemos con ciertos países.

d) Es absurdo considerar, y utilizar como discurso en el poder legislativo, que podemos dejar el uso de la gasolina y el utilizar carro eléctrico, si no existen las condiciones actuales. Sin considerar los híbridos, y los cuales tienen escape, y producen combustión, al seguir usando gasolina para su movilidad. Tengamos en cuenta que en México existen aproximadamente más de 38 millones de automóviles, y de los cuales del tipo eléctrico existen no más de 45 mil que circulan en la actualidad. Para poder llegar a tener carros eléctricos con las políticas actuales sexenales, y donde cada vez que llega una nueva administración, cambia el sector energético, estaremos teniendo carros en nuestro país circulando en plenitud del tipo eléctrico hasta él sigo XXII, y dejaremos de usar a los combustibles fósiles casi a finales de este siglo.

e) Las empresas PEMEX, y CFE; al pasar de nuevo a ser estatales, el cambio causa incertidumbre, por dejar de estar bajo la ley mercantil. Ahora tendrán toda la infraestructura del gobierno, para hacer frente ante cualquier desavenencia con una persona física o moral, que haya realizado algún contrato o transacción comercial. Eso beneficia a la empresa, debido a qué hora tiene el respaldo directo del gobierno, y no como antes que dependía de la SHCP, en cuánto podría ser ayudado.

f) Los legisladores han auto-chamaqueado a México debido a la implementación de los cambios correspondientes al sector energético, previo a la ejecución de la evaluación del TMEC en el año 2026. ¿Cuál era la prisa de hacer estos cambios? En realidad, existe una estrategia alineada entre lo político y el ámbito económico.

g) El TMEC fue firmado bajo políticas públicas que existían en su momento, en 2020; y que fueron el detonante en medida para su firma. La cual contenía normatividades, regulaciones, y leyes, que podían mantener una armonía con las inversiones privadas. Dado que México es el exportador principal a los Estados Unidos, y este socio comercial, es el que más invierte en nuestro país. Se debe tener en cuenta lo siguiente ante las modificaciones realizadas y pretendidas:

1. Revisará el Capítulo de Monopólico de empresas del estado, y cuyo objetivo, ver que no afecten a los inversionistas en los diferentes mercados. También es importante señalar que la CFE tiene el control de más del 75 % de la electricidad generada, y no debe confundirse, con el 54 %, que se refiere a la capacidad instalada. El mercado de generación de electricidad no se centra en cuántas plantas instaladas, si no en cuánto produce, y en cuanto a tu eficiencia operativa para despachar en el mercado. Recordemos que el único que puede vender la electricidad a usuarios domésticos es la CFE. PEMEX carece de competencia en la extracción y producción de crudo o gas natural. Este mercado no es el dónde los privados compiten, sino más bien en la venta o distribución de combustibles, donde la empresa estatal más del 75% de sus ingresos se deriva de esta actividad.

2. La integración de los órganos reguladores en la SENER podría generar un conflicto de interés y generar desavenencias en el acuerdo. Por ejemplo, podemos tomar a la comisión reguladora de energía, cuyo objetivo es brindar permisos para el mercado eléctrico y de hidrocarburos. La secretaria ostenta una silla en el consejo de CFE y PEMEX, y que al tener información del mercado, podría sugerir a la CRE, no dar el permiso a una empresa que pudiera hacer competencia a PEMEX.

3. Habrá ciertos cambios de forma, y ejecución, ante los cambios. Al no ser las mismas condiciones y términos firmados en 2020. Las negociaciones serán ríspidas, y veremos quién cede, y qué tipo condicionantes surgirán de esto. Cambios hechos antes de tiempo. Tengamos en cuenta que gane Donald Trump o Kamala Harris, cuando las cuestiones económicas y estrategias han sido afectadas, ambos partidos se unen y enfrentan a aquellos que afectan sus intereses al país. México ofrece terrenos, mano de obra barata y cercanía a este país para ensamblar su tecnología.

h) El mayor impacto se suscitará en forma indirecta en la población. Dado que ahora PEMEX y CFE deben incrementar en mayor medida el presupuesto. Debido a que regresaremos a la forma de contratación como era hasta antes de la reforma energética; ambas empresas estarán en desventajas ante el posible incremento de precios unitarios, al tener un mayor costo de financiamiento, y ligado a una prima de riesgo en el dinero, ante los tiempos en los pagos a proveedores, y descuentos solicitados. Además de una posible mayor incorporación de corrupción dentro de ambas empresas.

i) Al dar un mayor presupuesto algunos programas sociales, deberán ser reducidos o simplemente, habrá un mayor déficit y que el resultado es directamente proporcional para incremento de la deuda. En México, nuestro poder legislativo y ejecutivo carecen de una política pública a largo plazo, debido a que todo el ser humano que llega a administrar el país, se encuentra en la tentación de dejar su relevancia, y la cual, es olvidada al día siguiente de abandonar el cargo.

El presupuesto del 2025, ¿confirmará nuestro analfabetismo energético?, el dado caso que el gasto programado esté destinado en un 70 % de desarrollo social, y esto dejaría, al económico lacerado, a donde se encuentra el gasto programado de la energía, y por ende no habrá transición energética con cimientos genuinos de la nación.

Los sabios esparcen ciencia; más no así el corazón de los necios.

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