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Energía

Pemex y Sener anuncian plan de acciones para autosuficiencia energética

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El titular de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, y la secretaria de Energía, Rocío Nahle, presentaron un plan de 10 puntos con el que esperan alcanzar la autosuficiencia energética y garantizar que los precios de los combustibles no se incrementen, para lo que anunciaron una inversión de presupuesto total de un billón 116 mil millones de pesos.

Durante la conferencia mañanera, Romero Oropeza explicó que es prioritario el apoyo a Pemex y que los principales objetivos que quieren alcanzar mediante esta estrategia es incrementar la seguridad y autonomía energética, mejorar el desempeño operativo, en seguridad y ambiental, así como incrementar la eficiencia y competitividad, promover la responsabilidad social y contribuir al mejoramiento laboral.

“Esto permitirá que no haya incrementos en los precios de la gasolina arriba de la inflación por el resto de la administración”, afirmó Octavio Romero Oropeza.

De acuerdo con Romero Oropeza, la expectativa es que durante esta administración el valor de las reservas probadas se mantenga en 7.1 millones de barriles en 2024. Entre 2018 y 2021 la cantidad de barriles ha oscilado entre 7.7 y 7.4 millones.

También se espera que la producción de hidrocarburos líquidos cubra los requerimientos del Sistema Nacional de Refinación (SNR). Pemex estima una producción de 1 millón 756 mil barriles para 2021 y que para 2024 se alcancen 2 millones de barriles diarios.

Con la incorporación al SNR de la Refinería Deer Park en 2022 y la Refinería Dos Bocas en 2023, Pemex espera que se procesen 2 millones de barriles diarios para 2024. De acuerdo con sus estimaciones, en noviembre de 2018 se procesaban 506 mil barriles diarios y se exportaban 1 millón 696 mil. En 2021, se procesan 714 mil y se exportan un millón 733 mil barriles.

“Ya para 2023 y 2024 toda la producción de Pemex se va a procesar, se va a refinar porque va a entrar en operación ya la Refinería Dos Bocas y el proyecto de Cangrejera que también va a refinar más de 100 mil barriles. De manera que el 100 por ciento del crudo mexicano se va a refinar en nuestro país, para garantizar el abasto de combustibles”, afirmó el titular de Pemex.

A las seis refinerías que ya existen (Madero, Salamanca, Cadereyta, Minatitlán, Tula, Salina Cruz) se agregarían Dos Bocas, Cangrejera, Deer Park, con lo que se espera producir 858 mil barriles de gasolina, 542 mil barriles de Diesel y que el SNR esté en 86% de su utilización, explicó por su parte Rocío Nahle.

El complejo petroquímico Cangrejera trabaja con la Refinería de Minatitlán para sustituir la importación de nafta, incrementar la producción de hidrocarburos del alto octano y que a su vez se produzca gasolina premium, con lo que se reducirían las importaciones.

En octubre de 2020 se inició la producción de urea en la planta fertilizantes de Agro Nitrogenados y actualmente se producen 28.3 mil toneladas mensuales de urea. En la planta de Fertinal se están haciendo los diagnósticos técnicos para la rehabilitación de su infraestructura. En promedio se producen 65 mil toneladas mensuales de fertilizantes fosfatados.

La meta es que para 2024 se entregue el 100% del requerimiento del programa, en 2021 se entregó 45% de urea y 32% de fertilizantes fosfatados. En 2022 se invertirán 300 millones de dólares para esos rubros, explicó Octavio Romero Oropeza.

Entre 2022 y 2024 Pemex espera aumentar la producción de gas húmedo, esto a través del mantenimiento y rehabilitación de las plantas para aumentar la capacidad de proceso y se atenderán los riesgos críticos, con ello se busca incrementar el gas seco, gas LP, etano y naftas.

REACTIVACARÁN CAMPO LAKACH

También precisó que esta administración retomó el proyecto de explotación de gas natural con la plataforma en el campo Lakach, suspendido desde 2016, con lo que Pemex recupera casi 1,200 millones de dólares.

Para recuperar el mercado perdido se buscará integrar el proceso comercial en una sola área, para lo que se aprobó la creación de una empresa filial que fortalecerá las actividades comerciales de Pemex y que agilice la toma de decisiones. Esta empresa concentrará todas las actividades de comercialización de productos petrolíferos, gas y petroquímicos.

Pemex invertirá en mantenimiento de equipos para evitar riesgos críticos. Entre 2019 y 2021 se asignaron 12 mil 789 millones de pesos a la atención de 659 situaciones de este tipo. Para 2022, 2023 y 2024 se atenderán más de mil riesgos críticos para la seguridad ya detectados.

Adicionalmente, y por primera vez en la empresa, a los riesgos ambientales se les está considerando como riesgos críticos, por lo que se les está dando la prioridad que les corresponde para su atención en los próximos tres años.

El titular de Pemex reiteró que el compromiso de la empresa con su principal activo son sus trabajadores, por lo que se tiene como objetivo iniciar en febrero de 2022 la basificación de 17,000 empleados transitorios, sin incrementar la plantilla laboral y lograr con ello una estabilidad laboral. Asimismo, los ascensos escalafonarios reconocerán desempeño y funciones, con beneficio salarial para 21,000 trabajadores.

En 2022 se destinarán 388 mil 630 millones de pesos del presupuesto para Pemex.

En 2023 se destinarán 372 mil 326 millones de pesos y en 2024, 355 mil 46 millones de pesos de presupuesto. En total el presupuesto que se destinará a Pemex en esos tres años será de 1 millón 116 mil 003 pesos.

Los apoyos que se han dado a Pemex provienen de apoyos directos para el pago de las amortizaciones de la deuda de Pemex y las aportaciones directas para la construcción de la Refinería Dos Bocas y la adquisición de la Refinería Deer Park, mediante todo esto se espera que no haya incremento en el precio de las gasolinas, dijo el titular de Pemex.

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Energía

Alianza Cox-Finsolar: nada seguro aún en México

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Alianza Cox-Finsolar: nada seguro aún

La frase Alianza Cox-Finsolar: nada seguro aún describe con precisión el vaivén de versiones que siguió al anuncio de que ambas empresas destinarían 250 millones de dólares para desarrollar hasta 450 MW en proyectos solares y de almacenamiento en el país. Sobre el papel, se trataba de una jugada ambiciosa: una climate tech mexicana que escala su modelo hacia soluciones “360” y un gigante energético que busca consolidar su huella en el mercado industrial mexicano. Sin embargo, lo que nació como anuncio de gran alianza terminó rápidamente en terreno pantanoso, entre aclaraciones y deslindes públicos.

Lo que detonó la polémica fue la diferencia entre lo que Finsolar comunicó como una alianza ya encaminada y lo que Cox puso sobre la mesa después: que no había contratos firmados, ni un acuerdo en firme que soportara la narrativa de joint venture que algunos titulares sugirieron. La distancia entre ambas versiones no es un simple matiz semántico; abre una brecha de credibilidad en un sector donde cada megawatt anunciado pesa en la reputación frente a clientes, bancos y reguladores.

Qué hay detrás del anuncio de 250 mdd

El corazón del anuncio giraba en torno a un paquete de proyectos que, según la información difundida, se ubicarían en regiones donde la red eléctrica opera bajo fuerte estrés: sur-sureste, Bajío, occidente y corredores industriales del norte. La promesa era llevar soluciones integrales que combinaran generación fotovoltaica, sistemas BESS de almacenamiento, cogeneración y microredes bajo contratos de largo plazo, con un traje a la medida para empresas que necesitan energía más limpia y predecible.

En esa narrativa, la alianza apuntaba a empresas medianas y grandes que hoy enfrentan apagones, costos crecientes y una regulación cambiante. Para ellas, un socio que no solo instala paneles, sino que diseña, financia y opera la infraestructura, suena a salvavidas estratégico. Pero si la base contractual de ese “rescate” no está clara, el riesgo se traslada directamente al terreno de la confianza, un activo igual de caro que el propio capital.

El modelo Finsolar y la promesa del Solar-as-a-Service

En este tablero, Finsolar aparece como el jugador que mejor ha sabido leer la necesidad de las empresas que quieren energía solar sin inmovilizar presupuesto en CAPEX. Su propuesta gira en torno a proyectos de más de 500 kWp en techos de terceros, donde el usuario paga por la energía generada, reduce su factura eléctrica y sus emisiones, sin convertirse en dueño de los activos. Es un modelo que casi obliga a las empresas a mirar el Excel dos veces antes de decir que no.

Ese enfoque se inserta en la tendencia global del Solar-as-a-Service, donde el cliente corporativo firma contratos de suministro a largo plazo y delega en un tercero la responsabilidad tecnológica, financiera y operativa. En un México donde la gran escala de renovables enfrenta frenos regulatorios y la red muestra sus límites con cada ola de calor, la generación distribuida bien diseñada se convierte en una válvula de escape que aligera la carga del sistema y da margen de maniobra a la industria.

Cox Energy, el peso de Iberdrola y la cautela

Del otro lado del anuncio está Cox Energy, que no llega precisamente como jugador menor: su plan de inversión a 2030, sus activos en renovables y su avance en mercados como el mexicano la colocan como pieza relevante en el reordenamiento energético regional. La adquisición de activos de Iberdrola en México la terminó de posicionar como un actor con apetito por crecer y por ocupar el espacio que las grandes eléctricas tradicionales han ido dejando.

Por eso, la idea de una alianza con Finsolar parecía lógica: un socio con músculo financiero y experiencia en proyectos de gran escala junto a una climate tech con agilidad en generación distribuida. Lo que rompió el encanto fue la respuesta pública de Cox, al marcar que no hay documento vinculante que respalde la narrativa de una inversión cerrada de 250 millones de dólares. Ese frenón obligó a releer el anuncio inicial no como un punto de llegada, sino como una intención adelantada.

Comunicación, gobernanza y una alianza en suspenso

En el fondo, la Alianza Cox-Finsolar: nada seguro aún se ha convertido en un caso test de gobernanza corporativa y manejo de expectativas en el sector energético mexicano. En un entorno altamente regulado, con proyectos intensivos en capital y vigilancia creciente sobre el greenwashing, anunciar más de la cuenta no es solo un desliz de forma: puede encarecer financiamientos, enfriar a potenciales clientes y encender alertas en el ecosistema.

La lección que deja este episodio es incómoda, pero necesaria: la transición energética no se construye solo con buenas intenciones y cifras redondas en dólares; requiere contratos claros, mensajes consistentes y un respeto absoluto por la delgada línea entre “estamos en pláticas” y “tenemos una alianza firmada y financiada”. Mientras esa línea siga borrosa, los proyectos seguirán pareciendo más notas de presentación que compromisos reales sobre el terreno.

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Energía

Política energética no viola T-MEC afirma Presidenta

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Política energética no viola T-MEC afirma Presidenta

En su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum dejó claro que el rumbo de la política energética no se mueve un milímetro, pese a las advertencias de empresas y legisladores de Estados Unidos y Canadá. Desde el estrado, la mandataria insistió en que las decisiones en materia eléctrica y de hidrocarburos son facultad soberana del Estado mexicano y que, en su lectura, no existen violaciones al tratado comercial vigente con Norteamérica. El mensaje buscó enviar una señal de firmeza hacia afuera y de continuidad hacia adentro: la reforma eléctrica y el nuevo modelo de mercado permanecen, aun cuando crece la presión diplomática y empresarial.​ Política energética no viola T-MEC afirma Presidenta, por lo tanto.

Presión empresarial y la narrativa del “mercado cerrado”​

Del otro lado de la frontera, más de 14 mil firmas manufactureras agrupadas en la National Association of Manufacturers (NAM) acusan que las reglas mexicanas han “cerrado” el mercado a productores y distribuidores de energía de Estados Unidos, encarecen proyectos industriales y complican nuevas inversiones. En sus comunicaciones a Washington, estas empresas sostienen que las reformas de 2024 profundizaron los problemas ya señalados en las consultas energéticas de 2022 bajo el acuerdo comercial norteamericano, al fortalecer el papel de la CFE en el despacho y elevar la incertidumbre regulatoria para el capital privado. Para los fabricantes, el acceso a energía confiable y asequible se ha convertido en un obstáculo estratégico, al tiempo que ven con recelo que el rediseño del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) esté guiado por una lógica de planeación estatal que, en su opinión, limita su margen de maniobra.​

Política energética no viola T-MEC afirma Presidenta, ideología y soberanía en disputa​

La reforma constitucional y el paquete de leyes secundarias aprobados entre 2024 y 2025 reconfiguraron el sector eléctrico al devolver a la Comisión Federal de Electricidad un rol predominante en generación y despacho, al tiempo que estrecharon la ventana de entrada para nuevos proyectos privados. Gobiernos y asociaciones de Estados Unidos y Canadá sostienen que este giro favorece estructuralmente a las empresas del Estado mexicano y choca con los compromisos de trato no discriminatorio asumidos en el acuerdo regional, lo que ha detonado consultas y amenazas de escalar a paneles de controversia. Desde Palacio, sin embargo, la respuesta es tajante: las críticas tienen un trasfondo ideológico y político, más que jurídico, y buscan cuestionar un modelo que prioriza la seguridad energética nacional sobre la desregulación plena del mercado.​

En ese mismo tono, el mensaje central se repite como un estribillo calculado: Política energética no viola T-MEC afirma Presidenta, y por tanto no hay marcha atrás ni ventana para renegociar lo ya aprobado en el Congreso mexicano. La narrativa oficial se apoya en la idea de que el tratado reconoce la soberanía de cada país para organizar estratégicamente sectores considerados clave, y que la interpretación extensiva de las reglas comerciales por parte de grupos empresariales sólo busca revertir la apuesta de México por un esquema con mayor peso estatal. Política energética no viola T-MEC afirma Presidenta, insiste el gobierno, mientras advierte que ceder en este punto enviaría una señal de debilidad de cara a la revisión formal del acuerdo prevista para 2026.​

El nuevo mapa de permisos y la lógica de la red​

Bajo el nuevo modelo, ya no es el desarrollador quien decide dónde construir una planta y luego exige capacidad de transmisión, sino que la Secretaría de Energía define las zonas donde hacen falta proyectos y convoca a la inversión privada bajo criterios técnicos. La instrucción es clara: evitar que centrales aisladas saturen nodos frágiles de la red y, al mismo tiempo, orientar la capacidad nueva hacia polos industriales y corredores prioritarios, con la CFE manteniendo el timón del despacho. Para los críticos, esta recentralización de decisiones erosiona la autonomía regulatoria y desalienta proyectos que dependen de certidumbre a largo plazo, mientras que para el gobierno se trata de poner orden allí donde predominaba una expansión descoordinada.​

La autoridad energética también ha endurecido los requisitos técnicos para que las renovables se integren sin desestabilizar el sistema, exigiendo almacenamiento con baterías y esquemas de conexión que mitiguen las variaciones en generación solar y eólica. La apuesta oficial combina un discurso de transición energética con una defensa cerrada del control estatal de la red, en un equilibrio delicado que aún no termina de convencer a inversionistas que miran el reloj de la descarbonización global.​

Regularización de contratos y señales cruzadas a la inversión​

En paralelo, el gobierno avanza en la regularización de viejos contratos de autoabasto, varios de ellos vinculados a grandes consorcios extranjeros que operaban al límite de la legalidad según la lectura de las autoridades mexicanas. La venta del portafolio de plantas de Iberdrola a un nuevo operador se convirtió en caso emblemático: el mensaje fue que, quien quiera seguir en el negocio, debe alinearse al nuevo marco y renegociar bajo las reglas que colocan a la CFE como actor ineludible.​

Mientras tanto, cámaras empresariales y analistas advierten que la combinación de mayor control estatal, reglas cambiantes y tensiones comerciales con socios de Norteamérica puede encarecer el financiamiento y retrasar proyectos clave para aliviar cuellos de botella de transmisión y generación. El gobierno responde que, con planeación centralizada y contratos bien diseñados, México podrá atraer inversiones que acepten jugar bajo estas condiciones, aun cuando parte del capital más impaciente mire hacia otros destinos. En ese pulso se juega no sólo el futuro del sector eléctrico, sino la capacidad del país para aprovechar la relocalización industrial sin ceder el control estratégico de su energía.​

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Energía

Transición a las energías limpias en México: ¿qué retos enfrenta la infraestructura eléctrica según la CFE?

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Transición a las energías limpias en México

La transición a las energías limpias en México avanza con una demanda creciente de infraestructura moderna, eficiente y segura. Directivos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) destacaron que este proceso requiere proyectos con visión técnica y sensibilidad social y ambiental, en línea con las necesidades del sistema eléctrico nacional.

En el Primer Encuentro Nacional de Residencias Regionales, Generales y Centros de Anteproyectos de la Dirección de Ingeniería y Proyectos de Infraestructura (DIPI), la CFE subrayó que la coordinación interna es clave para avanzar hacia un mismo objetivo. El encuentro reunió a áreas estratégicas que buscan fortalecer la integración operativa mediante el intercambio de experiencias y mejores prácticas.

¿Qué papel tiene la DIPI en el desarrollo de proyectos eléctricos?

La CFE explicó que la DIPI concentra el desarrollo integral de los proyectos eléctricos de todas las áreas de producción de la empresa. Esta dirección funge como un eje estratégico que sostiene la mejora del sistema eléctrico nacional y coordina los esfuerzos para responder a las necesidades técnicas y sociales del sector.

Los directivos señalaron que la empresa opera en un escenario de transformación profunda del sector energético. El crecimiento del país exige que la infraestructura eléctrica avance al mismo ritmo, por lo que la CFE asume el compromiso de ampliar y modernizar sus proyectos con orden y responsabilidad técnica.

¿Qué metas establece el Plan de Desarrollo Eléctrico 2025-2030?

Un análisis de México, ¿Cómo Vamos?, elaborado por la especialista en energía Rosanety Barrios, detalla que el Plan de Desarrollo Eléctrico 2025-2030 (PLADESE), publicado en el Diario Oficial de la Federación, contempla duplicar la capacidad instalada de energía renovable.

El plan prevé agregar 28,004 MW sin incluir almacenamiento, de los cuales cerca del 80% provendrá de fuentes limpias o renovables. Esto representa una expansión significativa orientada a fortalecer la transición a las energías limpias en México durante los próximos años.

La inversión estimada para las centrales con participación estatal asciende a 23 mil 362 millones de dólares, cifra que se complementará con recursos destinados a transmisión y distribución. El análisis indica que la mayor parte del financiamiento deberá provenir de la iniciativa privada.

¿Qué metas establece el Plan de Desarrollo Eléctrico 2025-2030?

¿Qué metas establece el Plan de Desarrollo Eléctrico 2025-2030?

¿Cuáles son los objetivos internacionales en generación limpia?

El país busca alcanzar un 38% de generación eléctrica limpia conforme a sus compromisos internacionales. Actualmente, entre enero y septiembre de 2025, el 77% de la generación depende de combustibles fósiles y el 23% corresponde a fuentes limpias.

El crecimiento anual de la demanda eléctrica se estima en 2.5% entre 2024 y 2038, un ritmo alineado con un crecimiento económico equivalente. Para cumplir las metas de expansión, el análisis destaca que el éxito dependerá de la claridad en los contratos, la agilidad del Estado para coordinar convocatorias de participación privada y la eficiencia operativa de las plantas.

¿Cuáles son los riesgos y ventajas para el sector energético?

El estudio señala riesgos sistémicos relacionados con la independencia judicial y el proceso de revisión del T-MEC, factores que pueden influir en el ambiente regulatorio y la certidumbre para inversiones de largo plazo.

Sin embargo, también identifica ventajas derivadas de la relación comercial con Estados Unidos, especialmente en un contexto de relocalización industrial que puede incrementar la demanda energética y abrir nuevas oportunidades para la transición a las energías limpias en México.

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