Energía
Quesqui, mayor producción de gas natural
El campo terrestre Quesqui se convirtió como el principal activo productor de gas natural en México, en el mes de noviembre, superando al campo Maloob.
De acuerdo con un reporte de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, el campo Quesqui, localizado en Huimanguillo, Tabasco, reportó una producción de 294 millones de pies cúbicos (mmpcd) en noviembre, superando la plataforma de 288 mmpcd de Maloob .
Asimismo, la producción nacional de gas natural se ubicó en 3,872 millones de pies cúbicos en el penúltimo mes del 2021. Del total de 357 campos productores, 10 aportaron el 51% de la plataforma nacional o 1,964 millones de pies cúbicos de gas (mmpcd).
Los 10 campos fueron los siguientes: Quesqui con 294 mmpcd, Maloob con 288 mmpcd, Ixachi con 240 mmpcd; Onel con 206 mmpcd; Zaap con 198 mmpcd; Akal con 184 mmpcd; Ku con 174 mmpcd; Teotleco con 155 mmpcd; Xux con 135 mmpcd y Tizón con 89 mmpcd.
Igualmente, el órgano regulador detalló que 28 campos generaron el 70% de la plataforma nacional de gas natural, equivalente a 2,712 millones de pies cúbicos diarios. En tanto, 88 campos, incluyendo terrestres y aguas someras, aportaron el 90% de la producción, es decir, 3,491 millones de pies cúbicos.
El mismo reporte señala que el complejo Ku Maloob Zaap, complejo de producción de petróleo propiedad de Pemex frente a las costas de Campeche, aportó 597 mil barriles diarios en el mes de noviembre. De manera especifica, el campo Maloob produjo 290 mil barriles, Zaap aportó 259 mil barriles y Ku agregó 48 mil barriles, lo que representa el 33% de la producción de petróleo crudo de México.
Actualmente tiene instaladas 11 plataformas, las cuales producen crudo pesado de 14º API. La plataforma principal es llamada Ku-S, localizada 110 km al noroeste de Ciudad del Carmen, perfora a una profundidad de 60 metros de agua.
PRODUCCIÓN DE CRUDO
Por otra parte, la CNH informó que la producción nacional de petróleo crudo se ubicó un millón 653,000 barriles diarios en noviembre. Durante ese mes, del total de 213 campos productores, siete en aguas someras generaron 872,000 barriles o el 53% de la plataforma nacional.
Asimismo, el órgano regulador describió que 19 campos generaron el 71% de la plataforma nacional, equivalente a un millón 169,000 barriles diarios. Del mismo modo, 55, incluyendo terrestres y aguas profundas, aportaron el 90% de la producción, es decir, un millón 488,000 barriles por día.
Aguas someras, la estrategia de Pemex: ORO
Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, resaltó que la empresa productiva del Estado ha enfocando sus capacidades en aguas someras, donde es líder mundial.
Durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, el director de Pemex recordó que los principales yacimientos en México están en aguas someras, donde la empresa productora del Estado es “número uno”
Romero Oropeza destacó que esa cualidad le ha permitido a Pemex estabilizar la producción y reducir los costos de extracción.
“La nueva estrategia de inversión se ha focalizado en aguas someras, donde Pemex es líder mundial, así como en cuencas terrestres del sureste del país; con los resultados que hoy estamos entregando se demuestra el éxito del cambio de la política de exploración de Petróleos Mexicanos”, afirmó.
Asimismo, Romero Oropeza refirió que la Reforma Energética aprobada durante el sexenio del ex Presidente Enrique Peña Nieto fue un fracaso; debido a que al día de hoy no se ha extraído ni “una gota de aceite de aguas profundas como se prometió en 2013”; cuando fueron aprobados los cambios a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales.
“Hasta el día de hoy no se ha podido extraer una gota de aceite de aguas profundas. El presidente tenía muy claro que los principales yacimientos estaban en aguas someras o en tierra con beneficio adicional que Pemex es el número 1 con experiencia en aguas someras. En México tuvimos el yacimiento más grande del mundo que fue Cantarel”, explicó.
Igualmente, Romero Oropeza enfatizó que esa estrategia ha logrado bajar de 14 a solo 3 dólares el costo de extracción por barril de petróleo.
“Con el cambio de la exploración a aguas someras y en tierra, se han descubierto 3 campos mayores de petróleo en 3 años; lo que ha propiciado la reducción de costos de extracción a 3 dólares por barril”, reiteró.
Energía
Alianza Cox-Finsolar: nada seguro aún en México

La frase Alianza Cox-Finsolar: nada seguro aún describe con precisión el vaivén de versiones que siguió al anuncio de que ambas empresas destinarían 250 millones de dólares para desarrollar hasta 450 MW en proyectos solares y de almacenamiento en el país. Sobre el papel, se trataba de una jugada ambiciosa: una climate tech mexicana que escala su modelo hacia soluciones “360” y un gigante energético que busca consolidar su huella en el mercado industrial mexicano. Sin embargo, lo que nació como anuncio de gran alianza terminó rápidamente en terreno pantanoso, entre aclaraciones y deslindes públicos.
Lo que detonó la polémica fue la diferencia entre lo que Finsolar comunicó como una alianza ya encaminada y lo que Cox puso sobre la mesa después: que no había contratos firmados, ni un acuerdo en firme que soportara la narrativa de joint venture que algunos titulares sugirieron. La distancia entre ambas versiones no es un simple matiz semántico; abre una brecha de credibilidad en un sector donde cada megawatt anunciado pesa en la reputación frente a clientes, bancos y reguladores.
Qué hay detrás del anuncio de 250 mdd
El corazón del anuncio giraba en torno a un paquete de proyectos que, según la información difundida, se ubicarían en regiones donde la red eléctrica opera bajo fuerte estrés: sur-sureste, Bajío, occidente y corredores industriales del norte. La promesa era llevar soluciones integrales que combinaran generación fotovoltaica, sistemas BESS de almacenamiento, cogeneración y microredes bajo contratos de largo plazo, con un traje a la medida para empresas que necesitan energía más limpia y predecible.
En esa narrativa, la alianza apuntaba a empresas medianas y grandes que hoy enfrentan apagones, costos crecientes y una regulación cambiante. Para ellas, un socio que no solo instala paneles, sino que diseña, financia y opera la infraestructura, suena a salvavidas estratégico. Pero si la base contractual de ese “rescate” no está clara, el riesgo se traslada directamente al terreno de la confianza, un activo igual de caro que el propio capital.
El modelo Finsolar y la promesa del Solar-as-a-Service
En este tablero, Finsolar aparece como el jugador que mejor ha sabido leer la necesidad de las empresas que quieren energía solar sin inmovilizar presupuesto en CAPEX. Su propuesta gira en torno a proyectos de más de 500 kWp en techos de terceros, donde el usuario paga por la energía generada, reduce su factura eléctrica y sus emisiones, sin convertirse en dueño de los activos. Es un modelo que casi obliga a las empresas a mirar el Excel dos veces antes de decir que no.
Ese enfoque se inserta en la tendencia global del Solar-as-a-Service, donde el cliente corporativo firma contratos de suministro a largo plazo y delega en un tercero la responsabilidad tecnológica, financiera y operativa. En un México donde la gran escala de renovables enfrenta frenos regulatorios y la red muestra sus límites con cada ola de calor, la generación distribuida bien diseñada se convierte en una válvula de escape que aligera la carga del sistema y da margen de maniobra a la industria.
Cox Energy, el peso de Iberdrola y la cautela
Del otro lado del anuncio está Cox Energy, que no llega precisamente como jugador menor: su plan de inversión a 2030, sus activos en renovables y su avance en mercados como el mexicano la colocan como pieza relevante en el reordenamiento energético regional. La adquisición de activos de Iberdrola en México la terminó de posicionar como un actor con apetito por crecer y por ocupar el espacio que las grandes eléctricas tradicionales han ido dejando.
Por eso, la idea de una alianza con Finsolar parecía lógica: un socio con músculo financiero y experiencia en proyectos de gran escala junto a una climate tech con agilidad en generación distribuida. Lo que rompió el encanto fue la respuesta pública de Cox, al marcar que no hay documento vinculante que respalde la narrativa de una inversión cerrada de 250 millones de dólares. Ese frenón obligó a releer el anuncio inicial no como un punto de llegada, sino como una intención adelantada.
Comunicación, gobernanza y una alianza en suspenso
En el fondo, la Alianza Cox-Finsolar: nada seguro aún se ha convertido en un caso test de gobernanza corporativa y manejo de expectativas en el sector energético mexicano. En un entorno altamente regulado, con proyectos intensivos en capital y vigilancia creciente sobre el greenwashing, anunciar más de la cuenta no es solo un desliz de forma: puede encarecer financiamientos, enfriar a potenciales clientes y encender alertas en el ecosistema.
La lección que deja este episodio es incómoda, pero necesaria: la transición energética no se construye solo con buenas intenciones y cifras redondas en dólares; requiere contratos claros, mensajes consistentes y un respeto absoluto por la delgada línea entre “estamos en pláticas” y “tenemos una alianza firmada y financiada”. Mientras esa línea siga borrosa, los proyectos seguirán pareciendo más notas de presentación que compromisos reales sobre el terreno.
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Energía
Política energética no viola T-MEC afirma Presidenta

En su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum dejó claro que el rumbo de la política energética no se mueve un milímetro, pese a las advertencias de empresas y legisladores de Estados Unidos y Canadá. Desde el estrado, la mandataria insistió en que las decisiones en materia eléctrica y de hidrocarburos son facultad soberana del Estado mexicano y que, en su lectura, no existen violaciones al tratado comercial vigente con Norteamérica. El mensaje buscó enviar una señal de firmeza hacia afuera y de continuidad hacia adentro: la reforma eléctrica y el nuevo modelo de mercado permanecen, aun cuando crece la presión diplomática y empresarial. Política energética no viola T-MEC afirma Presidenta, por lo tanto.
Presión empresarial y la narrativa del “mercado cerrado”
Del otro lado de la frontera, más de 14 mil firmas manufactureras agrupadas en la National Association of Manufacturers (NAM) acusan que las reglas mexicanas han “cerrado” el mercado a productores y distribuidores de energía de Estados Unidos, encarecen proyectos industriales y complican nuevas inversiones. En sus comunicaciones a Washington, estas empresas sostienen que las reformas de 2024 profundizaron los problemas ya señalados en las consultas energéticas de 2022 bajo el acuerdo comercial norteamericano, al fortalecer el papel de la CFE en el despacho y elevar la incertidumbre regulatoria para el capital privado. Para los fabricantes, el acceso a energía confiable y asequible se ha convertido en un obstáculo estratégico, al tiempo que ven con recelo que el rediseño del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) esté guiado por una lógica de planeación estatal que, en su opinión, limita su margen de maniobra.
Política energética no viola T-MEC afirma Presidenta, ideología y soberanía en disputa
La reforma constitucional y el paquete de leyes secundarias aprobados entre 2024 y 2025 reconfiguraron el sector eléctrico al devolver a la Comisión Federal de Electricidad un rol predominante en generación y despacho, al tiempo que estrecharon la ventana de entrada para nuevos proyectos privados. Gobiernos y asociaciones de Estados Unidos y Canadá sostienen que este giro favorece estructuralmente a las empresas del Estado mexicano y choca con los compromisos de trato no discriminatorio asumidos en el acuerdo regional, lo que ha detonado consultas y amenazas de escalar a paneles de controversia. Desde Palacio, sin embargo, la respuesta es tajante: las críticas tienen un trasfondo ideológico y político, más que jurídico, y buscan cuestionar un modelo que prioriza la seguridad energética nacional sobre la desregulación plena del mercado.
En ese mismo tono, el mensaje central se repite como un estribillo calculado: Política energética no viola T-MEC afirma Presidenta, y por tanto no hay marcha atrás ni ventana para renegociar lo ya aprobado en el Congreso mexicano. La narrativa oficial se apoya en la idea de que el tratado reconoce la soberanía de cada país para organizar estratégicamente sectores considerados clave, y que la interpretación extensiva de las reglas comerciales por parte de grupos empresariales sólo busca revertir la apuesta de México por un esquema con mayor peso estatal. Política energética no viola T-MEC afirma Presidenta, insiste el gobierno, mientras advierte que ceder en este punto enviaría una señal de debilidad de cara a la revisión formal del acuerdo prevista para 2026.
El nuevo mapa de permisos y la lógica de la red
Bajo el nuevo modelo, ya no es el desarrollador quien decide dónde construir una planta y luego exige capacidad de transmisión, sino que la Secretaría de Energía define las zonas donde hacen falta proyectos y convoca a la inversión privada bajo criterios técnicos. La instrucción es clara: evitar que centrales aisladas saturen nodos frágiles de la red y, al mismo tiempo, orientar la capacidad nueva hacia polos industriales y corredores prioritarios, con la CFE manteniendo el timón del despacho. Para los críticos, esta recentralización de decisiones erosiona la autonomía regulatoria y desalienta proyectos que dependen de certidumbre a largo plazo, mientras que para el gobierno se trata de poner orden allí donde predominaba una expansión descoordinada.
La autoridad energética también ha endurecido los requisitos técnicos para que las renovables se integren sin desestabilizar el sistema, exigiendo almacenamiento con baterías y esquemas de conexión que mitiguen las variaciones en generación solar y eólica. La apuesta oficial combina un discurso de transición energética con una defensa cerrada del control estatal de la red, en un equilibrio delicado que aún no termina de convencer a inversionistas que miran el reloj de la descarbonización global.
Regularización de contratos y señales cruzadas a la inversión
En paralelo, el gobierno avanza en la regularización de viejos contratos de autoabasto, varios de ellos vinculados a grandes consorcios extranjeros que operaban al límite de la legalidad según la lectura de las autoridades mexicanas. La venta del portafolio de plantas de Iberdrola a un nuevo operador se convirtió en caso emblemático: el mensaje fue que, quien quiera seguir en el negocio, debe alinearse al nuevo marco y renegociar bajo las reglas que colocan a la CFE como actor ineludible.
Mientras tanto, cámaras empresariales y analistas advierten que la combinación de mayor control estatal, reglas cambiantes y tensiones comerciales con socios de Norteamérica puede encarecer el financiamiento y retrasar proyectos clave para aliviar cuellos de botella de transmisión y generación. El gobierno responde que, con planeación centralizada y contratos bien diseñados, México podrá atraer inversiones que acepten jugar bajo estas condiciones, aun cuando parte del capital más impaciente mire hacia otros destinos. En ese pulso se juega no sólo el futuro del sector eléctrico, sino la capacidad del país para aprovechar la relocalización industrial sin ceder el control estratégico de su energía.
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Energía
Transición a las energías limpias en México: ¿qué retos enfrenta la infraestructura eléctrica según la CFE?

La transición a las energías limpias en México avanza con una demanda creciente de infraestructura moderna, eficiente y segura. Directivos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) destacaron que este proceso requiere proyectos con visión técnica y sensibilidad social y ambiental, en línea con las necesidades del sistema eléctrico nacional.
En el Primer Encuentro Nacional de Residencias Regionales, Generales y Centros de Anteproyectos de la Dirección de Ingeniería y Proyectos de Infraestructura (DIPI), la CFE subrayó que la coordinación interna es clave para avanzar hacia un mismo objetivo. El encuentro reunió a áreas estratégicas que buscan fortalecer la integración operativa mediante el intercambio de experiencias y mejores prácticas.
¿Qué papel tiene la DIPI en el desarrollo de proyectos eléctricos?
La CFE explicó que la DIPI concentra el desarrollo integral de los proyectos eléctricos de todas las áreas de producción de la empresa. Esta dirección funge como un eje estratégico que sostiene la mejora del sistema eléctrico nacional y coordina los esfuerzos para responder a las necesidades técnicas y sociales del sector.
Los directivos señalaron que la empresa opera en un escenario de transformación profunda del sector energético. El crecimiento del país exige que la infraestructura eléctrica avance al mismo ritmo, por lo que la CFE asume el compromiso de ampliar y modernizar sus proyectos con orden y responsabilidad técnica.
¿Qué metas establece el Plan de Desarrollo Eléctrico 2025-2030?
Un análisis de México, ¿Cómo Vamos?, elaborado por la especialista en energía Rosanety Barrios, detalla que el Plan de Desarrollo Eléctrico 2025-2030 (PLADESE), publicado en el Diario Oficial de la Federación, contempla duplicar la capacidad instalada de energía renovable.
El plan prevé agregar 28,004 MW sin incluir almacenamiento, de los cuales cerca del 80% provendrá de fuentes limpias o renovables. Esto representa una expansión significativa orientada a fortalecer la transición a las energías limpias en México durante los próximos años.
La inversión estimada para las centrales con participación estatal asciende a 23 mil 362 millones de dólares, cifra que se complementará con recursos destinados a transmisión y distribución. El análisis indica que la mayor parte del financiamiento deberá provenir de la iniciativa privada.

¿Qué metas establece el Plan de Desarrollo Eléctrico 2025-2030?
¿Cuáles son los objetivos internacionales en generación limpia?
El país busca alcanzar un 38% de generación eléctrica limpia conforme a sus compromisos internacionales. Actualmente, entre enero y septiembre de 2025, el 77% de la generación depende de combustibles fósiles y el 23% corresponde a fuentes limpias.
El crecimiento anual de la demanda eléctrica se estima en 2.5% entre 2024 y 2038, un ritmo alineado con un crecimiento económico equivalente. Para cumplir las metas de expansión, el análisis destaca que el éxito dependerá de la claridad en los contratos, la agilidad del Estado para coordinar convocatorias de participación privada y la eficiencia operativa de las plantas.
¿Cuáles son los riesgos y ventajas para el sector energético?
El estudio señala riesgos sistémicos relacionados con la independencia judicial y el proceso de revisión del T-MEC, factores que pueden influir en el ambiente regulatorio y la certidumbre para inversiones de largo plazo.
Sin embargo, también identifica ventajas derivadas de la relación comercial con Estados Unidos, especialmente en un contexto de relocalización industrial que puede incrementar la demanda energética y abrir nuevas oportunidades para la transición a las energías limpias en México.
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