Sempra Energy construirá planta en México para exportar gas natural
La empresa estadounidense Sempra Energy informó la mañana del martes que su unidad ECA Licuefacción construirá una planta para exportar gas natural licuado (GNL) en el noroeste de México, el único plan de exportación de ese producto en el mundo en lograr en 2020 una decisión final de inversión (FID, por sus siglas en inglés).
El viernes pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que el Gobierno de México otorgaría al proyecto un permiso de exportación siempre que la compañía ayudara a compensar el exceso de suministro de gas en el área exportándolo.
Sempra había estado esperando la licencia de exportación de 20 años durante todo 2020. Fue en parte retenida por la crisis del coronavirus.
ECA Licuefacción, una firma conjunta entre Sempra LNG y su subsidiaria en México, IEnova, construirá la planta en las instalaciones de importación de GNL de Costa Azul con un costo de unos 2,000 millones de dólares. Espera producir el primer gas natural licuado a fines de 2024.
La planta de exportación, que tendrá una capacidad nominal para producir alrededor de 3.25 millones de toneladas por año (MTPA) de GNL, ya tiene acuerdos por 20 años con unidades de Mitsui & Co Ltd y Total SE para la compra de alrededor de 2.5 MTPA en la primera fase del proyecto.
La ubicación de esa planta en la costa del Pacífico le da una ventaja sobre la competencia de los centros de exportación del Golfo de México porque está más cerca de los mercados asiáticos en crecimiento. Las plantas estadounidenses generalmente envían GNL a Asia a través del Canal de Panamá.
La demanda de inversión para GNL fue alta durante varios años debido al gran consumo de países principalmente asiáticos para satisfacer la creciente necesidad de energía y diversificar las fuentes de combustible más allá del carbón y el petróleo, más sucios.
Este año, sin embargo, las compañías de petróleo y gas de todo el mundo retrasaron las decisiones sobre nuevas terminales de GNL después de que el coronavirus provocara el colapso de la demanda y los precios mundiales de energía.
Con información de El Economista